Leandro Pérez Manzanera, presidente de Autelsi, analiza las previsiones del sector tecnológico de cara a 2017 y lo más relevante de lo acontecido el pasado año. Tras marcar unas previsiones presupuestarias de crecimiento en el ámbito TIC del 3%, adelanta unas prioridades lideradas por la seguridad, el Big Data/Business Intelligence y la movilidad. También muestra su satisfacción por la creación de un ministerio que englobe el término ‘Agenda Digital’ y pone el acento en la seguridad y en los problemas derivados de IoT debido a la poca protección de los millones de sensores conectados.
¿Observa con optimismo la evolución de los presupuestos tecnológicos de las organizaciones para 2017?
L. P. M.: La encuesta que ha elaborado Autelsi en colaboración con sus asociados, que son las grandes empresas del país, indica que los presupuestos TIC en 2017 se mantienen estables con una ligera subida con respecto a 2016; un 47% afirma que siguen igual y un 44% que los aumentan. Pero de media los presupuestos globales suben un 3% frente al pasado año. Es un poco menos de lo que nos gustaría y también de lo que esperábamos. Con ello se observa que la recuperación económica claramente es un hecho aunque sigue teniendo incertidumbres relevantes que hacen que se ralentice el desembolso TIC. La provisionalidad del Gobierno ha generado una ralentización de los proyectos de la AGE y ha podido provocar que se estanque la financiación a ayuntamientos y comunidades autónomas, con lo que no han podido lanzar iniciativas planificadas.
La provisionalidad del Gobierno ha generado una ralentización de los proyectos de la AGE
¿Esta situación cambiará después de constituirse el nuevo Gobierno?
L. P. M.: Vemos con satisfacción la creación de un ministerio con el que por fin se reconoce en su título la palabra ‘Agenda Digital’. Es la primera vez que sucede y es buen indicio porque el ministro en la concepción de su cartera tiene la competencia directa desde el punto de vista del sector público, y lo que cabe esperar es un gran impulso vía presupuestos de lo que hemos venido llamando transformación digital, al menos del sector público. Pero siempre sabemos que la Administración tiene dos impulsores hacia el sector privado: uno es el efecto demostración, las instituciones públicas siguen siendo el principal inversor y lo que hacen suele ser seguido por las compañías privadas; en segundo término, porque después de que la Administración se transforma digitalmente, las empresas privadas se ven obligadas a hacer lo propio para relacionarse con ella.
¿Y qué papel puede jugar una asociación como Autelsi en torno a la Agenda Digital?
L. P. M.: Autelsi, desde su posición en el Catsi (Consejo Asesor de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información), va a colaborar como siempre con cualquier gobierno en todos los programas que desarrolle el nuevo ministerio. Somos un órgano consultor, y ahora el Catsi debería integrarse en el nuevo Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. El Catsi es consultado en muchas ocasiones y participa en el desarrollo de proyectos, como fue el caso del Plan Avanza.
Con el nuevo ministerio que incluye directamente la Agenda Digital, la posición que Autelsi tiene en el Catsi va a tener más valor, y como asociación sin ánimo de lucro trataremos de jugar un papel esencial para trasladar la experiencia de los profesionales de la empresa privada a iniciativas de Estado.
Todos hablan de transformación digital. ¿Qué aporta de valor?
L. P. M.: Lo digital es poner algo en ceros y unos. ¿Cuál es el concepto nuevo de la transformación digital? En ocasiones no es fácil plasmarlo. Repsol por ejemplo necesita un espacio para que se eche gasolina, no se puede hacer digitalmente. Toda la vida se ha hablado de la necesidad de pasar del mundo analógico al digital, y hay que considerar que ha afectado mucho a sectores tradicionales como los medios de comunicación, inmobiliarias, seguros, banca…
Por otro lado, se llama transformación digital a muchas cosas, bien sea a hacer más aplicativos o a que se implanten más sensores. Y quizás es cierto que estemos muy transformados digitalmente pero seguimos en una industria que carece de las aplicaciones robustas que demandan los usuarios, y muchas de las que llegan al mercado siguen teniendo una apariencia artesanal parecida a la de los años 80 y 90.
Seguimos en una industria que carece de las aplicaciones robustas que demandan los usuarios
Entonces, ¿qué prioridades tecnológicas detecta por parte de los CIO?
L. P. M.: De acuerdo con un reciente estudio de Autelsi, las tres primeras prioridades están relacionadas con tecnologías de seguridad, Big Data/Business Intelligence y movilidad.
En el tema de seguridad, no es nada nuevo que siga siendo muy relevante, pero últimamente tiene más protagonismo debido a esta lacra mantenida en el tiempo como es la inestabilidad de Oriente Medio, con el Daesh o el conflicto de Siria, que ha vuelto a enfrentar a Rusia y Estados Unidos y que no se debe olvidar que ya ha generado más muertes que la guerra civil española, con el drama de los desplazados. Y en cuanto a la inestabilidad global, la cuestión es que las posiciones de Rusia y EEUU están muy enfrentadas, a tal extremo que ya hay quien califica que estamos asistiendo al inicio de una nueva Guerra Fría.
Veo las ventajas de los aplicativos que hay alrededor de IoT y su contribución a mejorar la vida de los ciudadanos, pero para su desarrollo habrá que pensar en cómo se puede ver afectada por el impacto de la seguridad.
En definitiva, el uso intensivo de las TIC lleva asociado un incremento de los riesgos, ante los que hay soluciones emergentes (un Grupo de Trabajo de Autelsi está tratando este tema) para garantizar aspectos como la identificación fiable de identidades, el control de la cadena de suministros, la protección contra el malware dirigido y el cumplimiento legal.
Otro punto para que la seguridad sea lo prioritario tiene que ver con el desarrollo de Internet de las Cosas
¿Coincide con la importancia creciente del Big Data?
L. P. M.: Al Big Data se le llamaba en otros años data warehouse, esto es, el almacenamiento. Otra cosa es qué hacer con eso, que es lo que se denomina analítica o Business Intelligence. Lo primero es cómo guardarlo y lo segundo cómo explotarlo.
¿Y este boom por la información a qué cree que se debe?
L. P. M.: En Big Data es verdad que con la puesta en marcha de IoT, se generarán muchos más datos y se necesitarán tecnologías e infraestructuras que los soporten. Una vez se tengan los datos almacenados hay que disponer de software que rentabilice esa información para el negocio, que es lo que se llama inteligencia o analítica de negocio o sistemas de información para la dirección. Pero en retail, El Corte Inglés o Carrefour en los años 80 y 90, ya guardaban históricos de compras de sus clientes para segmentarlos y hacer ofertas personalizadas. Se guardaba en un gran Big Data y se analizaba. La analítica no es algo nuevo. E incluso las grandes operadoras tenían enormes repositorios de data warehouse en esos años. Ahora es más grande el concepto porque la dimensión ha crecido exponencialmente y más si mezclamos ahí al Social Business y a Internet o T, para que todo esté sensorizado. Sin embargo no está todavía explotando, cada organización ha de aprender a usar y sacarle el partido al Big Data, como en su momento sí lo hizo el cambio de la tecnología mainframe a cliente/servidor.
¿Cuál es la preocupación que observa en movilidad?
L. P. M.: La movilidad tiene muchas vertientes. Una de ellas es que tiene que haber un respaldo para el teletrabajo y desde la Dirección ya se está promoviendo. Las aplicaciones de movilidad están creciendo porque se detecta un incremento evidente de la productividad, y también debido al concepto BYOD con objeto de integrar los dispositivos de los nuevos talentos profesionales y garantizarles que estos sean sus herramientas de trabajo en la oficina; sin embargo, puede conllevar problemas de seguridad y de arquitectura.
Seguridad tecnológica
Desde el punto de vista de la seguridad informática el cruce de acusaciones entre ambas potencias sea continuo. Cada uno de los países interviene en las redes y en las aplicaciones del otro. Hay incluso medios de referencia de Estados Unidos que acusaron a Rusia de haber filtrado correos electrónicos con información confidencial de Hillary Clinton a Donald Trump, y también se ha acusado a Estados Unidos de hacer lo propio. Todo ello quiere decir que la seguridad informática se ve afectada por el conflicto que mantienen las dos grandes potencias, que se espían bajo el concepto de ciberseguridad y tiene que ver con el acceso a sistemas informáticos; sin olvidar el hecho de que hay países que acceden a sistemas de grandes empresas.
Otro punto para que la seguridad sea lo prioritario tiene que ver con el desarrollo de Internet de las Cosas. A mi juicio, para que se desarrolle totalmente hay que resolver un tema de seguridad inherente al concepto. IoT es poner millones de sensores conectados a Internet para cualquier cosa y lo que ocurre es que son muy difíciles de actualizar en su software. Se colocan de forma económica pero no hay ninguna estrategia sobre su mantenimiento y actualización relacionada con los agujeros de seguridad que puede haber. Por esos sensores se puede acceder a todo lo que hay detrás, hablamos de millones de agujeros de seguridad por todo el mundo.