Tanto los gestores de fondos como los analistas han señalado que una unión entre ambas compañías sería de lo más natural, sobre todo después de la dimisión del presidente ejecutivo de Palm, Carl Yankowski.
La historia las dos compañías, que dependen del sistema operativo Palm, está estrechamente ligada. Palm fue fundada en 1992 por Donna Dubinsky y Jeff Hawkins, que en 1998 decidieron abandonar Palm para comenzar con una nueva compañía. Es así como surgió Handspring, un competidor que había estado luchando por los mismos clientes que su rival.
Si bien ambas empresas lograron un gran crecimiento el año pasado, han sufrido las consecuencias negativas del declive que el sector tecnológico está padeciendo, ya que las dos han anunciado resultados negativos y se han visto inmersas en una guerra de precios. Las acciones de las compañías se han desplomado más de un 90 por ciento en lo que va de año y tanto Palm como Handspring atraviesan por procesos de reestructuración y están en busca de nuevas formas para impulsar sus ventas.
A pesar de los rumores de fusión, un representante de Handspring ha negado que exista un acuerdo con Palm y menos de que éste sea de fusión. Sin embargo, crece el clamor para que las dos empresas se acerquen, sobre todo ahora que la salida de Yankowski deja libre el primer cargo de Palm.
La partida de Carl puede servir como detonante para echar a andar el proceso, dice Ian Link, gerente de cartera de Franklin Technology Fund, que también apunta que si lo que quieren las compañías es sobrevivir, les iría mejor juntas.
Una combinación tendría sentido, en particular desde el punto de vista de la gestión, no sólo desde el punto de vista económico, dicen los analistas. Además, una combinación permitiría que las dos empresas unan sus fuerzas contra Microsoft, cuyo éxito ha ayudado a reducir la cuota de mercado del sistema operativo de Palm a cerca de un 80 por ciento.
