La convergencia se confirma como el concepto que dominará las telecomunicaciones durante los años venideros, como demuestra un estudio elaborador por Frost Sullivan al señalar que la clave será un aumento de la demanda de servicios LAN/WAN integrados por parte del segmento corporativo, aunque antes se deberá de superar una serie de factores que juegan en su contra, como un cierto escepticismo por parte de los directores de sistemas y algunos inconvenientes de carácter técnico con respecto a ciertos sistemas heredados.
El informe apunta que la falta de recursos de algunos departamentos de sistemas de TI está impulsando nuevas fórmulas de reducir costes, como el outsourcing, cada vez más demandado. Sin embargo, el outsourcing en cuanto a nuevos servicios como la voz sobre IP y las redes de telefonía LAN no es siempre la solución ideal, como señala Niamh Spillane, analista de Frost Sullivan, al afirmar que aunque se obtienen beneficios como la reducción de la complejidad y una mayor eficiencia en el uso de los recursos, son conceptos difícilmente medibles y va a resultar difícil a los proveedores de servicios cuantificar el retorno de la inversión que atraiga a los directivos financieros.
Aunque a favor de disponer de un único proveedor puede jugar tener un solo contacto y una factura unificada de servicios de voz y datos, también juega el riesgo de la fiabilidad -con bajos tiempos de recuperación en caso de caída- y seguridad de la red, lo que no ayuda precisamente a fomentar un modelo de outsourcing.
Los problemas de interoperabilidad entre la infraestructura del carrier y los equipos LAN de la compañía cliente pueden presentar dificultades de interoperabilidad, con muchos routers y conmutadores que no soportan la transmisión del tráfico de voz y de ciertos servicios convergentes IP como el vídeo. Por eso, en ocasiones los proveedores se ven obligados a reemplazar el equipamiento existente por sus propios equipos para poder ofrecer servicios LAN/WAN.
Aunque la convergencia de los servicios de voz y datos está impulsando a muchas compañías a confiar a los operadores la implantación y gestión de la red, aún les falta conseguir el salto a la seguridad, algo que resulta más complicado.
