La profunda transformación tecnológica que están experimentando las empresas se traduce en la proliferación de nuevos puestos de trabajo que requieren amplias habilidades digitales y capacidad para adaptarse a distintos sectores de negocio. Se trata de un fenómeno transversal que afecta a distintas áreas empresariales y que cambiará en un 25% la actividad de todas las categorías profesionales en los próximos años. La carrera por la digitalización se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza para los departamentos de Recursos Humanos. Para alcanzar ventaja competitiva en el mercado, es fundamental poner en marcha procesos de transformación que aumenten el volumen de actividad digital en las compañías, y ello requiere de nuevos perfiles profesionales.
En este contexto, las estrategias para desarrollar y atraer el talento pasan por un nuevo proceso de atracción de talento y la puesta en marcha de programas de formación adaptados a las necesidades de cada compañía. Ambas acciones son necesarias y compatibles en la medida en que determinan en un alto grado el éxito o fracaso de un proceso de transformación digital.
El 25% de la actividad de todas las categorías profesionales se verá afectada con la transformación TI
La digitalización es una tarea que requiere de continuidad y ha de ser liderada por embajadores procedentes de distintos departamentos dentro de la compañía. Esto último es clave para empoderar a los trabajadores de forma efectiva y hacerlos partícipes del proceso. Solo así la empresa puede potenciar la implicación del equipo de cara a que los empleados tomen conciencia de la necesidad del cambio y se sientan protagonistas del mismo. Eso sí, la coordinación ha de partir de los mandos directivos y debe tener en cuenta a todos los departamentos de la empresa. Aunque no tiene por qué desarrollarse a la vez en todas las áreas de la compañía, el cambio exige colaboración interdepartamental. De hecho, este aspecto es fundamental a la hora de buscar perfiles profesionales en el mercado laboral.
