La decisión de Motorola, que ha sido confirmada por el director general de la compañía, Bob Growney, continúa con la línea llevada a cabo en los últimos meses. Así, a finales del segundo trimestre del ejercicio 2001, Motorola ya había ejecutado la supresión de 24.000 empleos, tal como había anunciado el pasado mes de marzo.
A partir de ahora, el Grupo prevé que la nueva reducción de plantilla, derivada de la necesidad de recortar aún más los costes de producción para hacer frente a la ralentización de la actividad y la demanda, permita generar un ahorro de 349.200 millones de pesetas (2.089 millones de euros) a lo largo del ejercicio en curso.
Growney, que hizo este anuncio al término de la presentación de los resultados del primer semestre (que arrojaron unas pérdidas de 84.972 millones de pesetas frente a los beneficios de 200.208 millones de pesetas del mismo periodo del año precedente) argumentó que el tercer trimestre se presenta difícil.
El director general afirmó que, pese a previsiones de beneficios poco alentadoras, la cartera de pedidos de Motorola en la actualidad está muy nutrida. La compañía sostiene que los recortes de plantilla son la única opción para garantizar la competitividad en un entorno de debilitamiento de la actividad.
