En este contexto, aplicable a todas las regiones económicamente desarrolladas del globo, las medianas empresas están dado muestras ejemplarizantes en los distintos ámbitos de la gestión, incluida una correcta coordinación de las TI, basándose en un uso optimizado de la información y de los recursos de que disponen, en aras de una mayor productividad. Aunque su parque tecnológico siempre ha estado lejos del de las grandes compañías, aún así están aprovechando su potencial de crecimiento, esforzándose en reconciliar una mentalidad de ahorro con una estrategia orientada a incrementar la eficiencia, por lo que sus sistemas están avanzando considerablemente. Así lo demuestran los últimos datos.
La mentalidad estratégica, en cuanto a las TI se refiere, ha cambiado considerablemente; el 79% tiene como principal objetivo sus clientes, la innovación y el crecimiento, frente a un 21% que aboga por seguir reduciendo los costes e incrementar la eficiencia. Las medianas empresas están observando cómo la innovación acentúa la competitividad, por lo que la transformación de los sistemas hacia modelos más ágiles se ha convertido en un proceso necesario para que puedan adaptarse a los nuevos tiempos. El uso más racional de los activos y unas arquitecturas que puedan soportar esos modelos de negocio flexibles, han repercutido en una adaptación más fácil al cambio y a la par, en una reducción de costes.
Por ser el acercamiento a los clientes uno de sus principales objetivos, un 31% de ellas están reorientando las relaciones, reforzando su valor diferencial a través de una variada gama de aplicaciones y tecnologías, que hasta hace breves fechas, solamente se podían encontrar en las grandes compañías. Además, los mayores generadores de valor que marcan la diferencia con las grandes organizaciones, como son las habilidades, la información de calidad, las metodologías, los sistemas de gestión más sofisticados o la formación, también están hoy siendo asumidas por el mid-market. Ese es otro ejemplo de potencial de crecimiento de este segmento reflejado en diferentes estudios que hoy publican observadores e investigadores de mercados.
Muchos integradores ya tienen su mirada puesta en este tipo de empresa algo que, hasta no hace mucho tiempo, era relativamente poco habitual; la razón fundamental era que, hasta ahora, la dimensión económica total de los proyectos en las grandes organizaciones era grande e incluían tecnologías y modelos de gestión sofisticados que se traducían en la aportación de un valor superior. Sin embargo, los integradores deben abordar los proyectos de las empresas del mercado medio de forma muy diferente, de ahí que los sistemas y planes de actuación deban ser realizados a su medida, por integradores acordes a su tamaño, pues se trata de organizaciones capaces de evolucionar rápidamente y que están muy centradas en su negocio, una de las razones fundamentales de su éxito.
La inversión, pieza clave
Por difícil que pueda parecer, uno de sus puntos fuertes radica en la inversión, un elemento clave en tiempos arduos, pero que han sabido gestionar racionalmente con el objetivo de incrementar su competitividad y ahorrar costes. Actualmente, han incrementado la inversión en TI logrando alcanzar el equilibrio entre aquellas soluciones que promueven el ahorro y aquellas que amplían los ingresos en un futuro no muy lejano, reforzando las relaciones con sus clientes. Se trata de invertir hoy para consolidar el mañana. Esta capacidad visionaria repercute en un mayor valor añadido, mediante la reducción de los costes, la mejora de la atención a clientes, una mayor productividad y la optimización de los procesos empresariales clave.
Mediante la mejora de la información y la gestión colaborativa para alcanzar nuevos negocios, las medianas empresas avanzan, y las inversiones que lo van a permitir seguirán produciéndose a buen ritmo; tampoco podrán olvidar la inyección de capital al mantenimiento de sus plataformas TI centrales para tenerlas actualizadas y con todos los mecanismos de seguridad vigentes, si continúan en su apuesta por la incorporación de sistemas potentes para procesamiento, almacenamiento, software e infraestructuras. Aquí nuevamente se observa cómo acortan distancias con las grandes organizaciones. Las empresas capaces de gestionar estos factores y que asumen el enorme potencial de la tecnología, en definitiva, están consiguiendo la ventaja competitiva en el mercado.
Expectativas cercanas
Con todo ello, y no sin esfuerzo, las expectativas para este año parecen algo más alentadoras; el mercado medio está poniendo en práctica esta nueva estrategia basada en una experiencia continua de superación, por lo que las prioridades se centran ahora en nuevas vertientes de actuación, ahora con el adjetivo de “críticas”:
– Mejorar las infraestructuras TI. Un 75% ya ha comenzado a implementarlas para obtener sistemas más flexibles, escalables y seguros. Realmente un dato muy alto si se compara con los manejados anteriormente al cambio de estrategia.
– La colaboración pasa a ser un elemento clave para la mejora de las relaciones con los clientes.
– Analizar la situación del mercado. Un 70% de ellas ya ha iniciado distintos tipos de análisis empresariales para actualizar datos que permitan un conocimiento más práctico y amplio.
– Gestionar el rendimiento empresarial. Se aprecia un gran interés por la monitorización del rendimiento financiero y operativo en relación con los objetivos clave del negocio.
– Virtualizar. El cloud computing y el SaaS ya no son exclusivos de grandes organizaciones, pues un 67% de las medianas empresas ya ha comenzado a implementarlos para beneficiarse de una infraestructura más eficaz, que reduce costes y facilita la ampliación de los proyectos.
