La implantación de soluciones inadecuadas por su baja calidad está perjudicando al e-business hasta convertirlo en una economía que acumula significativos atrasos con las que perspectivas que en un principio se habían marcado. Otras razones que han venido a ralentizar el crecimiento del e-business residen en los clientes que han adoptado soluciones ERP y CRM sin integrar las convenientes en su modelo de negocio a largo plazo o en la falta de definición de un plan de negocio adecuado que contemple el retorno de la inversión, según define Martin Butler, presidente y fundador de la compañía de análisis de mercado Butler Group.
Suele suceder que siempre que se produce una sobrevaloración de un determinado mercado, ésta se produce en un corto período de tiempo, pero siempre que se infravalora se extiende más a largo plazo, señala Butler. Aunque el analista cree que no existe una ciencia exacta que explique el mal rendimiento de algunas soluciones de e-business, sí que recuerda que aplicaciones de business intelligence similares a las de hoy en día ya existían hace dos décadas.
En realidad ya había procesos de B2B desde hace 20 años. La filosofía más lógica del e-business es que los mercados funcionen on line y en tiempo real, para lo que las compañías pueden haber desembolsado más de siete billones de dólares a nivel mundial para migrar sus sistemas hacia este modelo. Se necesitará una infraestructura para hacer transacciones comerciales en tiempo real, pero la mayoría de las empresas no ha conseguido desplegarlas de forma eficiente, sino que cuentan con unos sistemas de procesamiento por lotes o áreas determinadas, sin lograr una integración real, añade Martin Butler.
Los bancos habían adoptado ya tecnologías que hacían posible el cambio y comercio electrónico para crear mercados secundarios especializados en sectores verticales específicos. Butler considera que en los próximos meses continuarán sucediéndose lanzamientos comerciales de mercados en diversos sectores industriales, amparados bajo el paraguas inversor de los grandes bancos que quieren participar de alguna forma en las enormes transacciones comerciales que efectúan las empresas de estos sectores.
El analista añade que los clientes comenzarán a exigir la puesta a punto de unas soluciones tecnológicas que les permitan que sus sistemas tecnológicos funcionen de forma correcta, en detrimento de los productos que antes instalaban de la mano de compañías con las que mantenían algún tipo de alianza estratégica.