El director financiero (CFO) se ha convertido en los últimos tiempos en un actor de mayor relevancia dentro de las organizaciones y el papel de la función financiera cubre aspectos que van más allá del control y la supervisión tradicional de su función. Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta global sobre la función financiera 2010‘El nuevo Integrador de Valor’ de IBM y en la que han participado 1.917 directores de grandes compañías de entre 500 y 20.000 millones de dólares de facturación provenientes de Asia Pacífico, América y EMEA (22 de ellos españoles).
De hecho, más del 70 por ciento de ellos reconoce que está participando en la toma de decisiones de sus organizaciones y entre sus retos se encuentran ser eficientes y convertirse en auténticos ‘integradores de valor’. “Para ello, deben ser capaces de convertir los datos en información relevante para la toma de decisiones en todos los niveles de la empresa, anticiparse a las variables de mercado futuras y prever el impacto que puede acarrear cada decisión, al tiempo que aceleran el retorno de la inversión”, explica David Soto, vicepresidente de IBM Global Business Services España, Portugal, Grecia e Israel.
Estos integradores de valor abordan la eficacia de la función financiera a través de “la automatización de los procesos y la adopción de estándares y la gestión de conocimiento empresarial combinando el talento, la tecnología, los procesos y las capacidades analíticas adecuadas”, añade Soto. En este punto, el directivo llama la atención de que “la compañía tiene que tener un solo dato que sea la verdad”. Las compañías que se fusionan requieren conseguir la integridad de la información y no basta contar con los datos actualizados de forma on line. “Las empresas necesitan saber cómo va a evolucionar su negocio mediante modelos predictivos”, puntualiza Sotoquien ve al CFO cada vez más complementario con el CIO.
Según el estudio, el 60 por ciento de los directores y altos ejecutivos financieros necesitan realizar “cambios importantes en los próximos tres años para dar respuesta a las necesidades del nuevo entorno económico que exige reducir costes, tomar decisiones más rápidamente y proporcionar mayor transparencia a los accionistas.
Las tres prioridades que figuran en su agenda son participar en el desarrollo de la estrategia empresarial, medir y supervisar el desempeño del negocio y dirigir los programas de reducción de costes. Pese a que cada vez sus objetivos pasan por ir más allá de sus actividades críticas, sólo el 50% considera que sus departamentos son eficientes a la hora de aportar los conocimientos de negocio necesarios para afrontar las prioridades de la empresa.
El informe identifica cuatro perfiles de directores financieros: certificadores, operadores, asesores e integradores de valor, de los que estos últimos muestran un ratio de eficiencia un 20% superior al resto de las compañías, según asegura IBM. En nuestro país, empresas del sector banca y telecomunicaciones, han demostrado pertenecer a dicho perfil. Soto señala que “con las capacidades adecuadas (procesos, tecnologías, capacidades analíticas y talento), el departamento puede convertirse en el punto focal de información financiera y operativa de la empresa para que las decisiones no sean intuitivas y se apoyen en hechos”.