Hace unas semanas escribía en estas mismas páginas sobre la corriente transformadora que prolifera en las organizaciones de cualquier tamaño y sector de actividad, brindándonos de cara a 2023 unas expectativas estimulantes. Estas estarán a su vez apoyadas por esos Fondos que esperamos con los brazos abiertos cual Plan Marshall, por proyectos ligados a la gestión del dato, la nube, la ciberseguridad y la inteligencia artificial, término que hasta abre los informativos del país tras la irrupción mediática del metaverso.
Sin embargo, con el despertar del año, vemos cómo las empresas de tecnología encabezadas por las Big Tech han seguido la estela iniciada en 2022 con nuevos coletazos en modo de despidos, impactando en la estabilidad del sector. Meta, Google, Amazon, Microsoft y Twitter se sitúan a la cabeza, y siguen llegando nuevos anuncios de recortes de plantilla: IBM, con cerca de 4.000, SAP se acerca a los 3.000, Salesforce, unos 7.000, Dell, Oracle…
Podemos hablar entonces de un contagio social, sin que se tengan claro ni los beneficios que aportan ni el impacto positivo en la productividad
Hay quien piensa que forma parte de un efecto dominó, de un “comportamiento de imitación”, como sostiene Jeffrey Pfeffer, profesor de la Escuela de Graduados en Negocios de Stanford. Podemos hablar entonces de un contagio social, sin que se tengan claro ni los beneficios que aportan ni el impacto positivo en la productividad. Los motivos entonces habría que buscarlos en la percepción de estar en una burbuja inesperada o en el miedo a la llegada de una recesión tecnológica. En cualquier caso, lo evidente es que los despidos se deben a una mala decisión producto de una mala estrategia. Esa gestión del conocimiento que tanto está dando que hablar queda en entredicho; en pocos meses, de nuevo cuando salgan las cuentas a estas compañías, volverán al mercado a competir para contratar talento. Y estas firmas lanzarán de nuevo sus quejas, ya sea por la carencia de profesionales capacitados según sus exigencias como por el coste que suponen dichas contrataciones.
Hay que tomar ejemplo de A.G. Lafley, exdirector ejecutivo de Procter and Gamble, quien dijo que el mejor momento para ganar terreno a la competencia es cuando está en retirada: cuando están recortando servicios e innovación tras acometer despidos, o de James Goodnight, director ejecutivo de SAS Institute, quien, de hecho, contrató durante las dos últimas recesiones porque afirmó que era el mejor momento para captar talento. Para ellos, el despido de algunos se ha convertido en una oportunidad.