A nadie se le escapa que la sostenibilidad ha ganado tal importancia en las organizaciones en los últimos años, que se ha convertido en un eje estratégico sobre el que bascula y se construye la nueva cultura corporativa, así como los modelos, los objetivos y la competitividad de los negocios. Las compañías deben ahora vincular la rentabilidad a la sostenibilidad, y no al revés. Por ello, cada vez las empresas se decantan más por realizar lo que conocemos como Inversiones Socialmente Responsables (ISR), que tienen en cuenta la rentabilidad y el impacto social y medioambiental que estas generan.
Atrás queda la visión simplista que reducía los objetivos y las políticas de sostenibilidad a un programa aislado dentro de la empresa. Líderes y empresarios se han dado cuenta de que la globalización, entendida hasta el momento como la búsqueda de la mayor rentabilidad y beneficios sin tener en cuenta el impacto que esto tenía en el entorno, está cada vez más penalizada por la sociedad, que se orienta hacia un consumo más responsable y hacia las empresas que demuestran ser sostenibles y que estén comprometidas con el entorno.
Solo el 38% de los Comités de Dirección disponen de directivos con una responsabilidad directa en materia de sostenibilidad
Sin embargo, es largo aún el camino que debemos andar desde el sector privado para responder a las exigencias y expectativas que la sociedad ha puesto en nosotros. Tal y como indican los últimos datos del sector, solo el 9% de las empresas del IBEX35 tiene en su estrategia un propósito que integra de forma clara alguno de los ODS, y si bien el 40% de las grandes cotizadas ya contemplan los ODS en sus Informes de Sostenibilidad y sus páginas web, solo el 20% tiene iniciativas para medir su contribución real en la consecución de estos objetivos.
Además, solo el 38% de los Comités de Dirección disponen de directivos con una responsabilidad directa en materia de sostenibilidad, mientras que el 74% de los CEO cree que la medición del impacto total de sus actividades incide en su éxito, indican fuentes del sector. Las cifras muestran de forma clara que hay una descompensación entre la importancia de la sostenibilidad, en la necesidad de medir los resultados de las iniciativas puestas en marcha, y la forma en la que estamos afrontando desde el sector privado esta nueva realidad.
Gestión sostenible
Por ello, es de vital importancia monitorizar y medir nuestro impacto en el entorno, porque además nos ayudará a gestionar mejor los riesgos, identificar nuevas oportunidades y buscar el mejor posicionamiento. Los informes corporativos deben extrapolar los resultados de las acciones de sostenibilidad a cifras de negocio. Debemos aprender a medir y entender el impacto que ser sostenible tiene en nuestra cuenta de resultados, porque lo está teniendo y estamos perdiendo una información muy valiosa para nuestros negocios. La gestión sostenible de la empresa acapara la atención de accionistas, clientes y públicos de interés, y el grado de transparencia que mostremos con ellos debe ser el máximo posible en un tema tan sensible como el de la sostenibilidad.
Esta realidad que evidencia el mercado actualmente nos ha llevado a firmar un acuerdo de colaboración con la consultora Villafañe & Asociados Consultores para impulsar la sostenibilidad como un driver de negocio entre las empresas de nuestro país. Lo haremos a través de la tecnología, de nuestra solución Syrah, que permite monitorizar en tiempo real el impacto de su actividad en términos de sostenibilidad impulsando además la transparencia corporativa y administrativa en el ámbito de la sostenibilidad.