En opinión de Forrester Research, las aplicaciones de negocio ancladas a la Red han fracasado a la hora de llevar las interacciones B2B de las empresas desde el mundo off line al mundo on line y sus analistas consideran que para conseguir una colaboración en tiempo real con los socios, se necesita un nuevo tipo de aplicaciones B2B que, construido sobre un arquitectura de datos distribuida, sea capaz de integrar tanto personas y sistemas, como objetos físicos.
Forrester entiende que, a la larga, las actuales aplicaciones centradas en la Red son incapaces de responder al reto 24×7, son lentas a causa de que el protocolo HTTP fue diseñado para difundir contenido estático y no para correr aplicaciones interactivas como sistemas de diseño colaborativo; y están limitadas al browser debido a que HTML fue diseñado para que los browser web fueran utilizados por humanos y no por aplicaciones de back-office, de forma que resulta poco adecuado para facilitar la interacción entre sistemas. Además, la consultora apunta que estas aplicaciones están centralizadas en el PC y no son capaces de abarcar los dispositivos clientes no PC.
En un reciente estudio, Forrester afirma que para responder a las nuevas realidades de la colaboración dinámica, las aplicaciones necesitan un nueva infraestructura capaz de soportar una colaboración rica y en tiempo real que no permiten las aplicaciones actuales, deben de ser capaces de conectar cualquier objeto y no sólo cualquier persona, de forma que sea posible monitorizar la totalidad de los elementos de producción y transporte; y, además, tienen que permitir una respuesta rápida ante sucesos imprevistos.
La solución la X Internet X, una Internet ejecutable y expandida construida sobre tecnologías post-web que transformará la colaboración on line entre partners y redefinirá la arquitectura de las nuevas aplicaciones B2B. A diferencia de la Internet actual, la X Internet será ejecutable al explotar código avanzado como Java así como una infraestructura distribuida que acercará la ejecución de las aplicaciones de negocio a los dispositivos del usuario final, permitiéndoles una comunicación de ida y vuelta con los servicios albergados en la red. Además, su alcance se expandirá al entorno físico al abarcar un mundo real construido por billones de objetos físicos, que van desde el mostrador de una tienda hasta los palés de un almacén, explotando los cada vez más baratos sensores así como las tecnologías de seguimiento, de forma que permitirá controlar cada producto a lo largo de todas sus fases.
Actualmente, la colaboración on line entre los negocios está limitada al simple intercambio de documentos pero, en la era de la X Internet, las preguntas estáticas se transformarán en ejecutables, es decir, se encapsulará la lógica de las aplicaciones y de los datos con conocimiento codificado de las reglas de negocio de las empresas, de forma que las compañías podrán conseguir la transición desde un contexto explícito pero no sensitivo a otro más implícito pero mucho más rico.
Forrester avanza que, en los próximos seis años, emergerá una nueva infraestructura B2B con tres nuevas clases de servicios residentes en la Red construidos sobre las aplicaciones existentes servicios para simplificar la integración entre las aplicaciones; nuevas tecnologías y estándares que mejorarán la interoperabilidad entre los dispositivos facilitando la identificación y el seguimiento, tanto de la localización como del rendimiento de los elementos físicos que conforman la cadena de valor; y nuevo software basado en tecnología inteligente que permitirá la resolución proactiva de problemas por parte de las máquinas.
Aunque, como apunta la firma analista, la mayoría de las tecnologías de la X Internet todavía se encuentran en comités de estándares o en laboratorios, su adopción es inevitable, variará en función de las diferentes industrias y se desarrollará en tres fases de 2001 a 2003 los sectores financiero, de los media y el logístico; de 2004 a 2006 los sectores de las utilities, las telecomunicaciones y la automoción; y de 2007 en adelante, el de los bienes de consumo, la industria pesada y el de la construcción.