¿Por qué se produce la fusión entre Sedisi y Aniel?
Porque un sector vende evolución, innovación, adaptación; en definitiva, el último estado del arte tecnológico, y debía hacer lo mismo en su seno. Se abría claramente una lógica de una asociación que representara globalmente. Creo que las dos razones de fondo que suscitan la lógica de esta fusión son la tecnológica y que ya en Europa se unieron asociaciones de este tipo.
¿Y por qué no se ha previsto que Asimelec forme parte de esta asociación?
Asimelec nació como una asociación de importadores de electrónica cuando desaparecieron los aranceles, y por tanto su razón de ser original se transformó en una asociación que dice llamarse multisectorial, es decir, pretende ser la CEOE y por tanto, ni nos lo hemos planteado.
¿Cómo pretende ayudar a impulsar la Sociedad de la Información?
Nosotros tenemos la suerte de ser una asociación cuyos intereses coinciden con los mejores intereses del país; es decir, que a nosotros nos vaya bien es garantía de que le va a ir bien al país. Ello es así porque generamos las tecnologías que permiten la innovación en la empresa y la mejora de la productividad, y éstos son los fundamentos de cualquier crecimiento económico a largo plazo. Lo que tenemos que hacer es seguir como hasta ahora, insistiendo en lo importante que es invertir en tecnología de la información y la comunicación, la formación de todos los trabajadores en el uso de las nuevas tecnologías, y la utilización de éstas para innovar. En la medida que consigamos convencer a los agentes económicos y sociales y a los gobiernos de turno significará generar un círculo virtuoso: a nosotros como empresarios nos iría mejor y a España como economía y como sociedad también.
¿La reactivación del sector hay que buscarla desde el punto de vista de la oferta o de la demanda?
Desde los dos ámbitos. Desde el punto de vista de la demanda, el consumo no va mal, la adquisición de electrónica de consumo y de servicios de telecomunicaciones van bien. Lo que está mal es la inversión, tanto pública como privada, que ha decaído bastante en los últimos años. Por tanto, la recuperación del sector pasa porque en el ámbito de la demanda haya más inversión y en la oferta la satisfacción de la demanda se haga con recursos y valores añadidos españoles. En los últimos tiempos la oferta industrial española, tecnológica, se ha debilitado bastante y tenemos el desafío de su reindustrialización.
¿Hay un sector específico que haya que impulsar en mayor medida?
Sí, creo que los dos sectores en los que hay que hacer más cosas son telecomunicaciones y electrónica profesional. El motivo concreto es que ha habido una caída de las inversiones en el sector que ha puesto en crisis a estas industrias y las políticas del Gobierno de los últimos años no han favorecido especialmente el desarrollo tecnológico nacional. Tenemos el desafío de rentabilizar la oferta tecnológica española.
¿Qué se le va a pedir desde AETIC a la nueva Administración?
En los últimos diez años España ha creado muchos puestos de trabajo, era una necesidad hacerlo, pero a costa de no aumentar la productividad. En los próximos años el crecimiento económico debe basarse no tanto en poner más carbón en la máquina de vapor como en tener una máquina de vapor más engrasada y eficiente.
¿Y cómo se puede conseguir una mayor productividad a corto y medio plazo?
Para aumentar la productividad tenemos que invertir más en tecnología, que haya un alto nivel de formación, innovar en procesos, productos y servicios, y tener un sistema de relaciones laborales más flexible donde se pueda cambiar empleo por tecnología, sabiendo que es un círculo virtuoso que engendra más empleo en el futuro. En España las relaciones laborales son muy rígidas y el coste de un despido por razones tecnológicas es altísimo. Las empresas grandes pueden permitírselo pero las pequeñas y medianas no pueden hacerlo, y habría que buscar alguna manera para que estas empresas tuvieran más facilidades para adaptarse al uso de las nuevas tecnologías.
¿Hay previstas acciones concretas para el entorno de la pyme?
No lo sabemos porque el Gobierno no está constituido. El desafío español en el ámbito de las TI es que la pequeña y mediana empresa se impregne de ellas y que el sistema educativo también, que no haya ordenadores en la escuela sino que éstos formen parte de la pedagogía.
¿Cómo piensa que se debe motivar a los usuarios para que inviertan en Tecnologías de la Información?
La inversión en Tecnología de la Información y Comunicación depende en buen grado de la regulación del Gobierno. La inversión en telecomunicaciones se animaría si el Gobierno no interviniera los precios. El Gobierno ha utilizado el sector de las telecomunicaciones para moderar la inflación en España obligando a bajar los precios por encima de lo que ningún otro sector de la historia económica de España hizo nunca.
¿AETIC como asociación cómo puede actuar en este sentido?
Convenciendo al Gobierno que no base la moderación de precios de la económica española en el sector de las telecomunicaciones. Que habrá que expandirse y crear valor con una competencia en el mercado lo más abierta posible, dando libertad de precios para animar en inversiones de telecomunicaciones y mecanismos fiscales que también animen a la inversión. Además de eso, el Gobierno debe invertir más en este sector para mejorar la implantación de sus servicios y de esa manera dar ejemplo a la sociedad de que el futuro pasa por invertir en tecnología.
¿Puede ya decirse que España está a la altura en materia tecnológica?
España pertenece sin ningún género de dudas a la primera división mundial de la tecnología de la información y las comunicaciones. Dentro de ese grupo de países en algunos aspectos estamos bien situados, en otros regular y en otros mal. Por ejemplo, España en telefonía móvil es un líder mundial por penetración, calidad de servicio, cobertura y precios; también en el uso de tecnología en el ámbito financiero; España es el país que hace más declaraciones de la renta por Internet del mundo. Veo con optimismo 2004, porque no hay ningún escenario previsible que no sitúe el crecimiento de nuestro sector por encima del de la economía, y que no permita pensar que al menos lo seguirá haciendo en los próximos diez años.
