En los dos últimos años, la inversión en renovación de tecnología sanitaria ha sufrido una caída por encima del 45%. El mayor retroceso se ha producido en 2012, llegando a ser casi inexistente la inversión en material sanitario y reposición de los equipos tecnológicos, situándose la inversión a niveles del año 2000, tal y como se desprende de un estudio elaborado por la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), en el que se evalúa la renovación del equipamiento médico y hospitalario.
El debilitamiento económico y el elevado déficit público están repercutiendo en la financiación del Sistema Nacional de Salud, relegando así a un segundo plano las inversiones en tecnología sanitaria en detrimento de la calidad y la seguridad asistencial. Y es que, según alerta la Federación, la obsolescencia tecnológica de los equipos de diagnóstico o de terapia limita la capacidad asistencial y la seguridad de los pacientes y profesionales que los utilizan, además de comprometer seriamente el nivel tecnológico del parque hospitalario español. En el caso de los equipos de TC (Escaner), los sistemas actuales irradian entre un 75% y un 80% menos que los antiguos, lo que incrementa claramente la protección del paciente y de los profesionales.
Esta situación se ha visto agravada por la agregación de concursos, tanto en términos de lotes como geográficos, el mantenimiento de especificaciones con presupuestos más reducidos y el incremento del peso del precio en el criterio de compra que llega en algún caso a la subasta. También están teniendo un impacto muy negativo sobre la renovación tecnológica la reducción del peso o anulación de los criterios de calidad en procesos de adquisición de equipamiento -que impide la valoración apropiada de esta tecnología-, y la prolongación de los periodos de duración de los contratos -en aras de buscar economías de escala y simplificación de los procesos de compra-.