Tanto la automatización como el denominado segmento SRM (Storage Resource Mangement) se han convertido en algunas de las últimas tendencias en innovación del mercado de almacenamiento.
Sin embargo, a veces se confunden, por lo que los grandes actores suelen realizar ‘bundles’ con productos concretos de SRM -como Tivoli Storage Resource Manager o HP OpenView Storage Area Manager- ofreciendo una visión conjunta para actuar de forma proactiva en lugar de reactiva.
Sin embargo, resulta más importante definir las capacidades reales que la automatización proporciona a cada negocio. Este concepto no es algo nuevo, ya que en su primera acepción se entiende como un proceso que permite repetir tareas que se suceden en el tiempo. Las aplicaciones HSM (Hierarchical Storage Management) fueron así las primeras en automatizar la migración y transporte de datos.
Siguiendo esta evolución, la provisión automática -una tarea repetitiva que podía suponer hasta diez días de trabajo manual- ha logrado simplificar de forma considerable la gestión de estos procesos.
Pero debido a la complejidad de implementar estos sistemas, la mayoría de los administradores comienzan adoptando una automatización que aún conserva elementos manuales, como el permiso final que debe dar el elemento humano para que el sistema actúe.
De ahí suele pasarse a la automatización “en agenda” para tareas de back up y snapshots, o copias que normalmente se fijan a intervalos de tiempo predefinidos.
Muchas compañías ya cuentan con automatización reactiva, de forma que el sistema actúa sin necesidad del permiso humano cuando alguna regla se perturba, como la asignación dinámica de recursos en caso de que los discos se encuentren sobrecargados.
Como complemento, la automatización predictiva emplea software para monitorizar las reglas marcadas, tendiendo en cuenta los SLAs y evitando así una excesiva asignación de recursos para garantizar las funciones de red.
Finalmente, una verdadera automatización debe siempre contemplar la gestión de las funciones de virtualización, los discos físicos y el conjunto de tareas intermedias con el fin de alcanzar una verdadera administración proactiva.
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