El recorte de empleo sufrido a raíz de la fusión entre HP y Compaq podría doblar el originalmente apuntado, de acuerdo con los analistas del mercado. Una vez que Compaq ha admitido que sus ventas están peor de lo esperado, los expertos empiezan a asegurar que los 15.000 despidos previstos inicialmente no serán suficientes. Incluso antes de la fusión ambas empresas estaban ya despidiendo a parte de su plantilla. Y es que mientras que HP esperaba entregar la carta de despido a 7.000 trabajadores antes de que finalice el presente mes de octubre, Compaq había previsto deshacerse de alrededor de 8.500 profesionales.
Los ejecutivos aseguran que cuando anunciaron la fusión, cuyo cierre está previsto para la primera mitad de 2002, esperaban reducir un 10 por ciento de la fuerza laboral, lo que supondría dejarla en 135.000 desde los 150.000 puestos de trabajo iniciales. Pero pasado el tiempo, los analistas aseguran que tal cantidad en muy conservadora y prevén que pueda doblarse en un entorno de mercado bastante deteriorado.
En paralelo a lo anterior Compaq ha advertido que podría dar pérdidas en el tercer trimestre del año, culpando al ataque terrorista del pasado día 11 de septiembre de reducir las ventas. La compañía espera unos ingresos de entre 7.400 y 7.500 millones de dólares (alrededor de 1,42 billones de pesetas), lo que significa una reducción del 12 por ciento en relación con el segundo trimestre, al tiempo que prevé unas pérdidas por acción de entre 5 y 7 centavos de dólar. Previamente los analistas de First Call habían previsto unos ingresos de 8.200 millones de dólares (1,55 billones de pesetas) para el tercer trimestre y unas ganancias por acción de 5 centavos. Sin embargo, la caída de 7,77 dólares que se produjo durante las horas posteriores al anuncio de la operación de fusión, ha tenido también su efecto.
Compaq también ha dicho que podría asumir una carga de 500 millones de dólares (no en efectivo) para soportar el valor de inversiones tales como el grupo de empresas de Internet CMGI.
En un comunicado, Michael Capellas, CEO de Compaq, señaló los sucesos del pasado 11 de septiembre han afectado de modo desproporcionado la evolución del actual trimestre. La demanda del mercado se ha ralentizado y las operaciones de transporte y logística se han interrumpido.
Aunque Jeff Clarke, CFO de Compaq, no indicó específicamente que la ralentización de las ventas podría conducir a un mayor número de despidos, sí aseguró que en cualquier momento de debilidad de la demanda, se verían obligados a endurecer el recorte de costes.
Finalmente, Eric Rothdeutsch, analista de Robertson Stephens, cree que la reducción de puestos de trabajo podría afectar a 30.000 personas, lo que equivaldría al 20 por ciento de la plantilla. Tendrán que acometer reducciones más amplias de las esperadas. No van a tener otra elección, señaló.
La fusión, en principio valorada en 25.000 millones de dólares (4,75 billones de pesetas), tiene ahora un nuevo precio 17.000 millones de dólares (3,23 billones de pesetas) debido fundamentalmente a la caída del valor de los títulos de los dos protagonistas.