La Cuarta Plataforma: y ahora ¿quién?

David Peña, Director de Tecnología Grupo TBWA España: “Puede estar relacionada con los usuarios de las TIC o con sus datos”.

Publicado el 28 Nov 2016

David Peña, Director de Tecnología de TBWA

Hay tendencias que se ven venir, otras no tanto. A principios de los noventa, mi compañero de universidad y yo redactamos un informe en el que nos aventurábamos a corroborar que el poder ya no lo daba el dinero, lo daba la información, lo que se sabía, lo que se decía, y lo que no se decía también.

El tiempo nos dio la razón. La información se ha convertido en la moneda de cambio del siglo XXI. Sin embargo, la información en sí, los datos en bruto, no valen mucho por sí mismos. Para extraer valor, los datos deben pasar por un sofisticado proceso de análisis. Es lo que se ha llamado Big Data, una sopa enorme de datos no estructurados que se analizan desde todas las maneras y dimensiones posibles.

Después de la tan profusamente comentada ‘nube’, se vio que esta era la siguiente tendencia. Después del mainframe y el PC, llegó lo que todos conocemos como Tercera Plataforma. Y aquí salta la sorpresa. Todo parecía indicar que la Cuarta Plataforma, por extensión natural, iban a ser lo datos, o mejor dicho el Big Data. Pero de repente aparece una operadora española y se adelanta a todos. Resulta que la Cuarta Plataforma la han inventado ellos, no son los datos, sino… sus dueños, es decir, nosotros, los usuarios. Quieren que nosotros tengamos el poder de decidir qué queremos compartir y qué no, y si decidimos hacerlo, encima cobremos por ello. Menudo shock. Quién nos iba a decir que esta operadora se convertiría en el Robin Hood de los usuarios.

Tal vez sea pretencioso, pero, tal vez, también vaya bien encaminada. Reflexionemos por un momento. Hace ya tiempo que alguien dijo: “Si algo es gratis, es que el producto eres tú”. Cierto. Pero no es menos cierto que los usuarios, a través de las redes sociales por ejemplo, tienen un poder incontrolable. Los usuarios deciden si un producto es bueno o malo en minutos o a las pocas horas después de haber sido presentado.

Objetivo, el usuario

Los departamentos de Calidad ya no están dentro de las empresas. Están fuera, y son insobornables. Da igual que un producto sea objetivamente bueno, si los usuarios deciden que no lo es, se acabó. Desde este punto de vista, sí parece plausible que la Cuarta Plataforma esté relacionada con los usuarios de las tecnologías, o en sus datos, o con la información que se extraiga de ellos. Aunque no de la forma en la que se nos ha presentado recientemente.

Aquí surge un problema con la semántica. Se supone que la siguiente plataforma debe ser una plataforma tecnológica, es decir, un conjunto de máquinas y servicios asociados que nos permiten producir a su vez otros productos y servicios. ¿Encajan los usuarios en esta definición? ¿Y nuestros datos? Hay que reconocer que el plan de esta operadora es, cuando menos, ambicioso.

De lo que no cabe dudad, es que los usuarios somos las dos caras de una misma moneda; por un lado tenemos el poder absoluto de hacer que algo suba como la espuma o se entierre en el olvido, y por otro somos el ‘target’, el objetivo de toda multinacional para vendernos sus productos o comerciar con nuestra información.

En definitiva, todos deambulamos por el ciberespacio con un arma en la mano y una diana en la espalda. Qué interesante. Y qué inquietante: ¿Quién nos protege de nosotros mismos? Porque somos nosotros los que “cargamos” el arma con nuestros datos personales y al disparar descubrimos nuestros gustos y aficiones.

Claro que, la generación ‘millenial’, tiene seguramente otra visión; ellos no tienen miedo. ¿Deberíamos nosotros?

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Redacción Computing

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