El valor de las acciones del fabricante de equipamiento de telecomunicaciones Marconi ha caído vertiginosamente después de que los máximos responsables de la firma advirtieran de que las ventas en Europa han decrecido de modo espectacular en las últimas siete semanas. Como consecuencia de esta situación la compañía ha decidido reducir su plantilla en 4.000 trabajadores a escala mundial, de los cuales 1.500 pertenecen a su estructura en Reino Unido, país en el que Marconi ha decidido cerrar su planta de Poole, Dorset. Parece ser que de una plantilla formada actualmente por 570 empleados sólo permanecerán 80, y según se afirma el resto podría ser recolocado en otros lugares.
Las acciones de la compañía llegaron a quedar suspendidas durante una sesión, mientras que la cúpula de Marconi se ponía de acuerdo en torno a la redacción del informe de beneficios que debía ser presentado a sus molestos accionistas.
La empresa hizo público que las ventas habían caído un 15 por ciento y que el beneficio operativo caerá en torno al 50 por ciento, arrastrada por las convulsiones del mercado. Unos resultados que contrastan con las expectativas que la propia compañía tenía hace sólo un par de meses, cuando sus responsables aseguraban que los ingresos crecerían y que debido a su proyección en el mercado europeo no notaría tanto los efectos del recorte del gasto en equipamiento de telecomunicaciones.
Justificando la situación, Lord Simpson, CEO de Marconi, ha señalado en Europa se ha producido una significativa caída de los pedidos. Los clientes han cerrado el grifo del gasto.
Marconi, que da empleo a 55.000 personas a escala mundial, ha recortado en los pasados meses alrededor de 3.000 empleos. Unas bajas a las que ahora se suman otras 4.000 (3.000 de personal de fábrica y 1.000 más de posiciones de gestión).