Según una reciente publicación del Wall Street Journal, el gigante taiwanés TSMC podría adquirir las instalaciones de fabricación de Intel, mientras que Broadcom se encargaría del diseño y comercialización de chips. De acuerdo con el informe, basado en fuentes cercanas a la negociación, ambas compañías no estarían trabajando juntas en esta posible operación.
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Expansión de TSMC en EEUU y posibles trabas proteccionistas
Si este acuerdo recibe la aprobación de las autoridades estadounidenses, TSMC podría expandir significativamente su presencia en Estados Unidos. No obstante, la administración del recién elegido presidente Donald Trump podría oponerse, debido a preocupaciones sobre la transferencia de una empresa clave para la seguridad nacional a una entidad extranjera.
El reportaje del WSJ también señala que las negociaciones están en una fase temprana y deja abierta la incógnita de por qué se habrían filtrado estas conversaciones en este momento.
Respuesta de Intel ante la crisis
El actual CEO interino de Intel, Frank Yeary, está buscando opciones para maximizar el valor para los accionistas, en lugar de centrarse en la reestructuración de la compañía. Reuters informa que bancos de inversión podrían estar impulsando un acuerdo de adquisición que les genere miles de millones en comisiones.
Los desafíos de Intel
Intel ha atravesado por distintas dificultades en la última década. Su decisión de centrarse en las CPU hace casi veinte años se ha visto superada por el ascenso de AMD, que ha logrado ofrecer productos más competitivos en varios sectores del mercado. Además, la empresa nunca ha sido líder en tecnologías gráficas, lo que permitió a Nvidia capitalizar la creciente demanda de GPU para inteligencia artificial y consolidarse como la empresa más valorada del mundo (pese al minicrack que sufrió recientemente en bolsa).
Otro problema crónico ha sido la incapacidad de Intel para desarrollar fábricas con tecnología de vanguardia que compitan con TSMC y Samsung. Hecho que afectó su incursión en la fabricación por contrato, impidiéndole competir eficazmente en este mercado.
Como resultado, Intel perdió su posición como el mayor fabricante de chips del mundo por ingresos el año pasado, en medio del estancamiento financiero que culminó con la salida del CEO Pat Gelsinger en diciembre de 2024.