Esta vez no se ha vuelto a repetir la sorpresa, aunque ha levantado ampollas. Indra ha resultado adjudicataria del concurso para las elecciones del 26 de junio con una oferta final de 3,9 millones (IVA no incluido) y que contrasta con los 14,3 millones de euros que se pagaron por las elecciones de hace cinco años, si bien en esta convocatoria se han reducido partes sustanciales del contrato. La empresa que arrebató ‘el trono’ a Indra el pasado 20 de junio (una UTE formada por Tecnocom y Scytl), ha visto cómo su oferta valorada en 6,9 millones ha sido descartada.
“No es bueno que existan monopolios ‘de iure’ o ‘de facto’ en ningún sector. Queda demostrado que el beneficiario de que haya competencia real en los concursos públicos es el contribuyente”, ha señalado Pere Vallés, Consejero Delegado de Scytl.“Nos ha sorprendido que Indra haya realizado una rebaja tan importante en el precio para este concurso. O bien tenían unos márgenes extraordinariamente altos cuando se adjudicaban estos concursos a más de 14 millones de euros, o bien están perdiendo dinero ahora a un precio inferior a 4 millones de euros, o bien se están dando estas dos circunstancias de forma simultánea. En cualquier caso, parecería una práctica competitiva nada ortodoxa para una empresa que cuenta con una importante participación accionarial del Estado y con numerosos contratos con la Administración Pública”.
Según publica Cinco Días, el proyecto tiene menos exigencias de desarrollo lo cual afecta a la oferta. No se van a poner en marcha mesas electrónicas, ni va a tener que dedicarse altos costes en formación e implementación que conllevan, un tercio aproximadamente del coste toal.