Ante la inminente celebración de la Junta General de Accionistas de Indra, que tuvo lugar el pasado 4 de junio, Javier Monzón, presidente de Indra, reunía a la prensa con el objetivo de analizar la actividad de la empresa en el ejercicio 2000 y marcar algunas previsiones de cara al cierre del presente año 2001. El directivo destacó que la compañía ha logrado superar en sólo dos años los objetivos establecidos al lanzar la OPV de marzo de 1999 para el periodo 1999-2001 (tres ejercicios). Y es que si el reto estaba en alcanzar un crecimiento del 50 por ciento en la cifra de ingresos al cierre del tercer ejercicio, la realidad ha sido que antes de concluir el segundo se había logrado acumular un incremento del 63 por ciento y de un 112 por ciento en la cifra de beneficios. De cara al término de 2001, la firma espera seguir creciendo por encima de la media del sector, tanto en España como en Europa. De hecho, la compañía espera crecer un 18 por ciento tanto en ingresos como en beneficio en el área de TI. Ya en el primer trimestre de este año, la empresa ha visto incrementar su nivel de contratación un 47 por ciento, lo que supone un incremento en su cartera de pedidos de 180.000 millones de pesetas.
Monzón se refirió al comportamiento favorable de su compañía en Bolsa, ya que desde la OPV de marzo de 1999 ha conseguido una revalorización del 150 por ciento, siendo, según el directivo, y el séptimo valor más líquido del Ibex-35. Y es que en un entorno de retrocesos generalizados (el Ibex cayó un 22 por ciento; Nuevo Mercado un 66 por ciento; Nasdaq un 40 por ciento y las empresas europeas perdieron un promedio del 37 por ciento de su valor), Indra consiguió ganar un 8 por ciento, por cuanto fue una de las dos únicas compañías del sector que cerró el año en positivo.
De cara al futuro, la compañía intentará consolidar su presencia en España y Latinoamérica y reforzar su proyección en ámbitos como el de la simulación, los sistemas automáticos de mantenimiento o la electrónica de Defensa.
