Esta cifra significa un incremento del 0,9 por ciento en relación con la cifra obtenida durante el año anterior. El beneficio neto se tradujo en casi 1,5 billones de pesetas.
La facturación en España que atribuimos a la compañía en estas páginas se ha calculado desde el semanario basándonos en los incrementos de negocio globales. Tales estimaciones apuntan a que durante 2000 la filial española de IBM ha facturado 279.400 millones de pesetas, contando con un incremento del 10 por ciento con respecto a su anterior ejercicio fiscal. En cuanto a fuerza laboral, aportando datos confirmados por la filial, IBM España y Portugal cuenta actualmente con 5.500 empleados, lo que ha implicado la entrada de 200 nuevos trabajadores durante su último año de actuación.
Hablamos de una compañía que, actualmente, cubre todos los frentes tecnológicos excepto la faceta ASP (aunque puede que no tarde mucho en adentrarse en este entorno), logrando dar cobertura a las áreas de hardware, software, servicios y consultoría avanzada pero que, como han explicado en varias ocasiones sus responsables, tiene como prioridad absoluta un continuo esfuerzo por mejorar sus trabajos en I+D. De hecho IBM ha logrado en su último ejercicio, como en los inmediatamente anteriores, el récord de nuevas patentes tecnológicas durante 2000, concretamente fueron 2.886 las patentes de IBM aceptadas por el gobierno estadounidense en ese año.
Centrándonos en nuestro país, la compañía anunció durante 2000 la creación de un Centro de Investigación Avanzada en Supercomputación, Arquitectura Informática y Business Intelligence en colaboración con la Universidad Politécnica de Cataluña. A ello se sumaban el Centro de Soluciones e-Business para Banca de Barcelona, el Centro de Tecnología de la Lengua de Sevilla y el Instituto de Ingeniería del Conocimiento situado en la Universidad Autónoma de Madrid. Estos proyectos son los grandes pilares en I+D de la compañía en España durante 2000, pero no podemos olvidar como referente obligado el proyecto de informatización de los Juegos Olímpicos Sidney 2000 que tuvo su base en los laboratorios que IBM mantiene en la localidad madrileña de Tres Cantos y que hizo que la última Olimpiada fuera, informáticamente, un éxito. Cuatrocientos profesionales de la compañía, en su mayoría españoles, lo hicieron realidad.
