Este anuncio supone un intento más por parte de la compañía por conseguir que los accionistas apoyen el acuerdo de compra con Compaq, iniciativa que ha enfrentado a una parte de los accionistas de HP que creen que la fusión conllevará grandes pérdidas para el negocio de PCs.
Por su parte, tanto HP como Sanmina-SCI atraviesan por un proceso de consultoría con French Workers Council, un cuerpo empresarial encargado de supervisar la transacción. Del mismo modo, el acuerdo también está sujeto a la aprobación de la compañía.
La filial objeto de las negociaciones es responsable de la producción de dos tercios del total de los equipos que se venden en Europa.
A nivel mundial, más del 90 por ciento de los ordenadores de HP podrían ser fabricados por otras firmas después de cerrarse el acuerdo, más del 50 por ciento de la cifra actual.