Mientras, Carly Fiorina, la máximo responsable de HP, capea el temporal hablando de movimiento ofensivo más que defensivo y lamentando que, desde que se produjo la fusión, la prensa especializada y los analistas han centrado sus reflexiones en la consolidación del mercado de PCs, así como en la reducción de costes. Fiorina prefiere centrar su discurso sobre la fusión en la importancia de los estándares, como Itanium, Unix/Linux, Windows NT, el código fuente abierto, los APIs abiertos y estándares de conectividad abiertos. De este modo, asegura que los estándares que unifican el mercado, a nivel de procesador, a nivel de sistema operativo, a nivel de interface de aplicaciones a nivel de dispositivo y de conectividad de aplicaciones, provocarán un cambio en la economía subyacente y de la base de la competencia en este sector; los estándares que unifican el mercado conducen a mayor elección y flexibilidad para las empresas. Declaraciones de difícil digestión para los usuarios de Compaq que el pasado mes de junio, mientras se cocía clandestinamente la fusión, eran informados de que la compañía presidida por Michael Capellas trasladará todos sus AlphaServers a arquitecturas Itanium para 2004.
Respecto a los productos, Fiorina indica que el negocio de los ordenadores personales es importante para nosotros hoy, y seguirá siendo importante en el futuro. Hay determinadas categorías de productos en el mercado de la tecnología de consumo que son esenciales para ganarse el corazón y la confianza de los clientes, y los PCs de sobremesa y portátiles de marca se encuentran entre ellas. Las cámaras digitales de marca son otra categoría. La apuesta de la nueva HP parece pasar, en este sentido, por profundizar en el mercado de PCs en mercado poco saturados como países de Europa, China, Latinoamérica, y economías y países en desarrollo de todo el mundo.
Otra de las ventajas de la fusión esgrimida por la CEO de HP, además del incremento en el área de servicios, es que los negocios de impresión y tratamiento de imágenes, servicios informáticos e infraestructuras de la nueva HP, con su mayor margen, estarán en condiciones de realizar una aportación mucho mayor a los resultados de la empresa.
El camino que le queda por recorrer a la nueva HP hasta llegar al sueño de Carly Fiorina, en el que surge una empresa convencida de que el cliente, y no la tecnología, es lo primero es todavía muy largo.
Su mejor argumento para demostrar que los escépticos de esta unión están equivocados es un equipo motivado, compuesto por el equipo directivo de Compaq que todavía recuerda lo que funcionó y lo que no funcionó en la adquisición de Digital y el equipo directivo de HP que entiende el rigor operativo que es necesario para llevar a cabo la mayor segregación empresarial de la historia, y hacerlo correctamente la escisión de Agilent. Los errores de Compaq en la digestión de Digital y Tandem han ocupado extensas presentaciones de analistas de renombre y, en cuanto a HP y Agilent, una segregación siempre resultará más sencilla que una integración donde existen demasiados elementos que se canibalizan y no complementan.
Y todo transcurre en medio de la recesión, aunque Fiorina sostiene que un clima de desaceleración económica y de recesión a escala global es precisamente el momento de llevar a cabo una fusión como ésta. Nos da tiempo para realizar el duro trabajo necesario en los próximos meses y convertirnos en un competidor más fuerte y más focalizado cuando cambie el ciclo económico El tiempo lo dirá.
