Hervé Imbert dirige IMC Group, después de su etapa como CIO en empresas como OpenBank o Grupo Sol Meliá. El Grupo está especializado en prestar servicios de consultoría, que complementa con desarrollo propio y factoría de software, con el objetivo complementario de iniciar además una estrategia de expansión internacional y de diversificación de su oferta.
Tras quince años desde su nacimiento, ¿cómo ha evolucionado IMC desde entonces? Desde el principio, IMC ha nacido con vocación de consultora tecnológica puntera y creo que hemos sido fieles a las ideas e ideales que nos habíamos planteado entonces. Solo que ahora al haber crecido y tener tanto un tamaño y unos recursos mayores, podemos pretender ejecutar proyectos de más envergadura que al principio, obviamente.
¿Qué tipo de servicios son los que ofrece y qué peso tienen dentro de la organización?
Ofrecemos cuatro tipos de servicios diferenciados:
Servicios de consultoría tradicionales de sistemas de información, proyectos de desarrollo de aplicaciones llave en mano, productos de elaboración propia (Alba, Berta y Marta) y asistencia técnica y factoría de software
Nuestra actividad se encuentra equilibrada entre cada una, aunque en los dos últimos años hemos tenido incremento de actividad en las tres ultimas.
En estos tiempos de crisis, ¿cómo observa el mundo de la consultoría y el de IMC en particular?
El mundo de los servicios en el que estamos se ve afectado directamente por la calidad y volumen de la actividad económica del país ya que, de todos los costes que tiene una empresa, uno de los primeros costes variables de los que se puede prescindir es precisamente la subcontratación de servicios externos replegándose a los servicios mínimos que los propios empleados pueden acometer. De hecho, es el primer lastre que las empresas suelen utilizar para disminuir sus costes.
Por lo tanto, las empresas que tienen proyectos en marcha críticos y directamente relacionados con el negocio (e incluso así no siempre siguen adelante), suelen ser las que ofrecen posibilidades de mantenerse en nuestro sector al depender directamente de su voluntad y posibilidad para seguir contratando nuestros servicios. La suerte y/o la habilidad de cada uno de nosotros suele ser la que ayuda a sobrevivir en estos momentos y estar posicionado dónde y cuándo hace falta para seguir adelante. Las crisis suelen adicionalmente tener un efecto darwiniano en todos los sectores incluyendo, por supuesto, el nuestro donde los menos preparados o más débiles suelen desaparecer.
En cuanto a IMC, tengo que decir que hasta ahora, la suerte nos ha ayudado pero también la calidad de nuestro trabajo, la solidez y la confianza de nuestros clientes; nos ha permitido mantenernos (lo que no es nada mal) e incluso crecer.
Usted ha sido antes CIO de grandes organizaciones. ¿Qué es lo que demandan estos directivos a día de hoy y qué puede ofrecerles el mercado, e IMC? Como CIO, siempre he pedido a las empresas de servicios que he contratado, lo mismo: profesionalidad y compromiso con el cliente que los emplean. En mi opinión, eso es válido tanto en tiempo de bonanza o de crisis, aunque sí creo que es imprescindible en tiempo de crisis ya que si hay una posibilidad de salir adelante, no se puede jugar con medias tintas. Hay que sacar de cada esfuerzo y de cada trabajador (propio o ajeno) el máximo provecho y maximizar lo que cada euro da de sí.
En las épocas de bonanzas se puede uno permitir cierto despilfarro. Ahora no. No hay derecho al error.
¿Prevén expandirse a nivel internacional más allá de su oficina de Brasil?
Sí. Acabamos de abrir nuevas oficinas en Polonia y México donde esperamos aprovechar la actividad económica creciente que se observa en estos países para diversificarnos y consolidarnos, y para no depender de un único país, que es la lección que dan las grandes empresas para poder sobrevivir a problemas locales como vivimos en este momento en España.
IMC ha incrementado en gran medida su plantilla en el último año. ¿A qué tipo de proyectos es debido? ¿Cómo ha evolucionado la cifra de negocio? En efecto, hemos crecido por dos razones principales: una la fusión con otra empresa, Dataware, que nos ha permitido diversificarnos y aportar nuevos conocimientos y experiencias a nuestra práctica y la otra porque hemos tenido la suerte de ganar varios proyectos importantes llave en mano que nos han permitido aumentar un 35% la cifra de negocio.