El Grupo Aznar (GA), es una de las empresas líderes nacionales en la fabricación y comercialización de productos textiles. A día de hoy, este holding con sede en Castellón, cuenta con 1.300 empleados y facturará, si se cumplen las previsiones, una cifra cercana a los 13.000 millones de pesetas en el presente ejercicio.
Con casi un centenar de años a sus espaldas -nació en 1907-, a través de los cuales ha atravesado diferentes vicisitudes empresariales, la actividad de negocio del GA se ha centrado en la internacionalización de la actividad y en el empleo de la tecnología como elemento diferencial de negocio.
En 1997, el Grupo recuperó las empresas que anteriormente había vendido a la sociedad británica Harstone Ltd. y, desde ese momento, su crecimiento es imparable. Durante los últimos tres años, el departamento de sistemas ha pasado a constituirse en una pieza fundamental de las estrategias de crecimiento de la sociedad ocupando un lugar protagonista en los órganos de dirección. Como afirma David Calvet, director de sistemas de información, sistemas de información forma parte del comité de dirección del Grupo, lo que ha permitido una integración total con las estrategias de negocio. Hubiera sido muy complicado llevar a cabo un plan de transformación de sistemas como el que hemos desarrollado, sin una implicación de las tecnologías con el futuro de la sociedad.
Y es que el plan de modernización de TI que se está desarrollando en el GA es mucho más extenso que un típico programa de migración de aplicaciones o de cambio de arquitectura de sistemas. Afecta a la totalidad de los sistemas y además lo hace partiendo de cero, para crear una nueva arquitectura global basada en estándares, no sólo se trataba de establecer una política de actuación hardware, sino toda una estrategia de tecnologías de la información que incluía tomar decisiones acerca de las arquitecturas de sistemas, de aplicaciones y de redes que deseábamos para el futuro. En realidad, partimos de cero y con una fuerte apuesta por la apertura hacia estándares en todo aquellos que fuera posible, comenta Calvet. A lo que habría que añadir una componente de formación de recursos humanos que ha sido decisiva en el desarrollo del plan de sistemas.
Un programa que se empezó a desarrollar desde lo más básico, es decir, desde el cableado de los edificios, para poder establecer una topología de redes locales inexistente hace tan sólo dos años, fecha en que la arquitectura se basaba en una configuración de sistemas soportada en emulación 5250.
Con esta base, el siguiente paso fue analizar las posibilidades de evolución de una plataforma de proceso centrada en tres modelos AS/400 cuyo mantenimiento y soporte era cada vez más oneroso. Esta fue sin duda una de las decisiones más importantes, porque no sólo se trataba de modernizar una instalación, si no de sentar los pilares de una transformación más profunda y acorde con las estrategias de un Grupo que empezaba a ver en la Red buena parte de su éxito futuro. La verdad es que IBM no apostó en aquellos momentos por nuestro proyecto y esto facilitó una idea de cambio hacia entornos abiertos con varios objetivos, como evitar al máximo los problemas de formación, aligerar nuestros puestos de trabajo, evitar la dependencia de un único suministrador, evitar el retraso de un plan que considerábamos como extremadamente urgente y evolucionar nuestros sistemas hacia esquemas de Internet/intranet/extranet, explica Calvet.
Como resultado final, el GA ha generado una nueva arquitectura de proceso basada en plataformas Windows NT sobre base de datos SQL, que convive necesariamente con los sistemas AS/400 por simples necesidades de guión. Una decisión que, según Calvet, nos ha ahorrado importantes problemas y que ha confirmado la solidez de las plataformas de Microsoft.
Establecido el patrón de proceso, el siguiente cambio se centró en el entorno de desarrollo. Los 3.000 programas bajo RPG existentes hace tres años generaban problemas de mantenimiento y coste excesivos, lo que llevó a los responsables de la instalación a tomar varias decisiones primero, una apuesta decidida por Java como entorno de desarrollo y ,segundo, una migración paulatina de los sistemas de información, aportando paquetes externos en aquellas áreas no críticas para el negocio y creando soluciones, sobre la base de una reingeniería previa, para aquellas enraizadas con la propia naturaleza de la actividad. De esta forma, los circuitos económico y de recursos humanos se han desarrollado sobre soluciones de mercado; para el área comercial se ha generado una solución interna ya en marcha, y el área de producción queda a expensas de un futuro análisis.
En ningún momento del proyecto se contempló la utilización de un ERP como solución global, ya que, como afirma Calvet, la aplicación de una solución estándar desaprovecharía la experiencia del Grupo alcanzada en sus casi cien años de vida. Estamos firmemente convencidos de que la utilización de un ERP nos igualaría con respecto de la competencia y que cualquier modificación al estándar sería utilizada, tarde o temprano, por el resto del sector.
Bajo estos presupuestos, los sistemas de información se han abierto al mundo Internet, al que se considera como una parte fundamental del negocio y, por tanto, el vehículo para canalizar las transacciones con clientes internos y externos. Para afinar más aún el proceso de transformación, se han añadido nuevos elementos a la arquitectura que refuerzan este compromiso recientemente, el Grupo ha implantado un servidor de aplicaciones WebLogic de Bea Systems, tras una experiencia inicial con el WebSphere de IBM la cuestión fundamental es poder generar soluciones de negocio desde nuestros Java, alcanzando la velocidad de crucero necesaria en nuestros desarrollos y apostar por una tecnología de futuro; en este sentido WebLogic va un paso por delante respecto de sus competidores, asegura Calvet.
