Según parece, en muchos mercados, los profesionales disponibles no cumplen los requisitos y aptitudes que las empresas están buscando a día de hoy. De hecho, 18 de las 30 principales economías nacionales del mundo presentan un desajuste severo de talento ya que mantienen elevados índices de desempleo pero, contradictoriamente, también miles de vacantes laborales sin cubrir, porque el mercado no ofrece los profesionales con las capacidades y habilidades que se demandan. Esta es una de las conclusiones más importantes del Hays Global Skills Index 2013, elaborado por la multinacional británica Hays en colaboración con Oxford Economics.
Desgraciadamente, España es una de estas economías situándose entre los países que sufren estos desajustes que tienen su origen en factores como el paro estructural y la baja flexibilidad del sistema educativo.
El Índice Global de Aptitudes Hays 2013 establece una puntuación para cada país entre 0 y 10 para medir las restricciones y fricciones afrontadas por los mercados de trabajo cualificado. Una puntuación que se calcula teniendo en cuenta siete factores, entre los que destacan niveles de educación, flexibilidad del mercado laboral y presión salarial de candidatos altamente cualificados. En esta clasificación, más de cinco puntos sugiere que las empresas tienen dificultades para encontrar las aptitudes clave que necesitan y están sufriendo la fricción del mercado. Una puntuación por debajo de cinco define un mercado laboral relajado en el que no hay grandes restricciones en el empleo cualificado.
España ha obtenido una calificación general de 5.9, lo que según Hays, muestra un mercado laboral con numerosas paradojas. “Por un lado, existe una gran dificultad para cubrir algunos de los puestos más cualificados, en especial en las industrias más avanzadas, como es el caso del sector energético. Así, en el componente “Presión salarial en las profesiones de industrias de alta cualificación” se alcanza una puntuación de 8.8, que indica que existe mucho poder de negociación salarial de parte de los profesionales al ser éstos escasos, y una gran competencia por el talento entre empresas. No sucede lo mismo en otras ocupaciones cualificadas, donde el índice de presión salarial baja a un cuatro, que indica que existe una gran oferta de profesionales cualificados por lo que la guerra por el talento es mucho más equilibrada”, explica en el informe.
Continua esta investigación señalando que, “en la calificación de presión salarial general, baja todavía más, a un 1.6, lo que se explica por la alta tasa de paro que existe en el país, especialmente en puestos que no requieren formación universitaria, especializaciones o idioma. En este caso, son los empleadores quienes marcan, a la baja, los salarios, lo que provoca gap, cada vez más importantes, entre los salarios de los trabajadores más cualificados y los menos cualificados. Según el informe, España sigue sufriendo las consecuencias de la recesión económica y tiene un tamaño económico un 7% más pequeño que hace cinco años, con una tasa de desempleo del 27%. Un desempleo estructural que va acompañado de una tasa de participación de la fuerza laboral en el mercado en descenso, que puntúan un 7,2, aunque también influye en ello la baja flexibilidad del mercado laboral, con una calificación en el Índice de 5.0”.
Hays achaca a que el origen de muchos de los conflictos del mercado laboral en España está en la educación. Considera que la flexibilidad de la formación es muy baja, los planes educativos son muy rígidos y no se adaptan a las necesidades del mercado laboral, lo que provoca una pérdida de talento, especialmente entre jóvenes, y a su vez crea un problema en las empresas para cubrir los puestos que requieren cualificación (especialización o idiomas, por ejemplo).
“No obstante, existe un estancamiento desde 2008 entre los profesionales más cualificados: desde esa fecha ha habido un incremento importante en los trabajadores que permanecen más de seis años en una compañía, que representan actualmente un 48% del total. Esta rigidez del mercado laboral supone una amenaza para la futura competitividad de España”, confirma Christopher Dottie, director general de Hays España. “En España existe una descoordinación importante entre la educación que se recibe en los centros de formación y la realidad del mercado laboral. Conseguir que los candidatos aporten las aptitudes necesarias es la base para cualquier compañía con éxito y encontrar a la persona adecuada para cada puesto de trabajo puede transformar los negocios, la vida de las personas y hacer que las sociedades se fortalezcan”, añade.