Telefónicapresentó la pasada semana una nueva edición de su informe ‘La Sociedad de la Información en España’ con unos resultados llamativos en cuanto al panorama resplandeciente que proyecta. Ya somos en España 27 millones de internautas, de los que dos tercios realizan un uso intensivo de la red, y se han superado las 10 millones de líneas de banda ancha fija, un 80% de ellas soportadas por ADSL. Esta situación es extrapolable tanto al entorno empresarial como doméstico, con índices de crecimiento realmente perceptibles; la movilidad sirve además como palanca que estimula el acceso a Internet toda vez que una quinta parte de los usuarios lo hace mediante el teléfono móvil de banda ancha y un 25% ya utiliza el ordenador portátil fuera de su entorno habitual.
Los indicadores descritos se mantienen con una constante tendencia al alza, un hecho que está secundado por diferentes agentes, ya sean estos los proveedores de infraestructuras, los órganos regulatorios o la madurez de los propios usuarios. Son datos, además, que determinan la solidez de Internet como medio de comunicación y, de forma paralela, la evolución que está experimentando la digitalización de contenidos.
España ha demostrado en los últimos años que es capaz de ofrecer un espectro competente que incentive la Sociedad de la Información. Su evolución se ve refrendada por el incremento exponencial de la velocidad en descarga de datos en apenas tres años, la extensión de la banda ancha móvil y smartphones en el entorno empresarial o la proliferación de líneas M2M -machine to machine-, con crecimientos del 19%. Estas posibilidades se conjugan convenientemente con los logros que se observan en el ámbito de la administración electrónica, donde la ONU sitúa a nuestro país en noveno puesto después de ocupar la vigésima posición hace un par de años.
2011 presenta un panorama alentador. El impulso de Internet, y su expansión territorial y sectorial, se ha materializado con un éxito sin precedentes, apoyado por su utilidad en proyectos como la Historia Clínica Electrónica; el resultado ha servido para cimentar la puesta en escena de servicios cada vez más interoperables, apuntalar el uso de las TIC y comprobar que España también ha sabido avanzar por la senda correcta.