Un informe realizado por Mazars Estrategia a través de encuestas realizadas a directivos de más 600 empresas europeas, pone de manifiesto que el 55 por ciento de las empresas españolas entrevistadas aseguraba haber implantado ya herramientas CRM frente al 41 por ciento de las británicas o el 35 por ciento de las francesas. En cuanto a los entornos de e-procurement y e-marketplace, la posición española también es esperanzadora, con un 38 por ciento, únicamente aventajada por Reino Unido, con un 45 por ciento.
Para Mazars, el desarrollo de los proyectos de e-business en Europa se puede dividir en dos grandes niveles un primer escalón donde la aceptación de Internet es generalizada con un 86 por ciento de empresas que ya cuenta con página web, mientras que sólo la mitad, el 40 por ciento, se ha decidido a profundizar en la implantación de herramientas e-business que inciden en los procesos internos empresas o en la relaciones con sus proveedores o partners.
Otras aplicaciones de Internet, como la construcción de intranets -con un 68 por ciento de empresas europeas que cuentan con este desarrollo- también ha despertado cierto interés. El porcentaje se reduce hasta el 14 por ciento si se considera la implantación de una web de e-commerce. De hecho, la precariedad del comercio electrónico se pone de manifiesto cuando el 67 por ciento de las empresas reconoce que las ventas on line representan menos del cinco por ciento del total de su cifra de negocio, si bien son optimistas a largo plazo y un 52 por ciento espera superar ese cinco por ciento dentro de un par de años. Además, el 61 por ciento de las ventas que se produce a través de Internet procede de los canales tradicionales, mientras que sólo el 24 por ciento es consecuencia de un aumento de la cifra de negocios.
Aún así, la aceptación generalizada del e-business es muy amplia en Europa y casi el 80 por ciento de los directivos entrevistados es conscientes de que Internet cambiará los modelos de negocio empresariales. Es más, el 34 por ciento considera que ya ha experimentado cambios procedentes de la Nueva Economía en su compañía. Curiosamente, y a pesar del interés demostrado en otros apartados, los directivos españoles son los más escépticos con un 30 por ciento que opina que no les afectará.
Otro aspecto a destacar en el caso español es la buena calificación que para los directivos españoles merece Internet como herramienta para mejorar la comunicación interna de la empresa, al contrario que Francia, que en el global del estudio, se perfila como el país más escéptico en el uso de Internet.
