Para los usuarios e implantadores de sistema, el cambio impactará en el tiempo y coste de despliegue y mantenimiento de Whistler y los productos de Microsoft a la hora de utilizarlo.
El nuevo sistema, llamado Microsoft Product Activation for Windows, une el código de licencias a un CD además de además de a la máquina donde inicialmente se ha instalado. Esto se consigue enviando información sobre la configuración de la máquina en cuestión y el usuario, requiriendo que el usuario solicite una licencia del código personal basada en esos datos.
Los usuarios tendrán que pedir el código final individual, que no es reutilizable para posteriores reinstalaciones, a un departamento la compañía.
Cada instalación adicional requerirá un código individual, prolongando su implantación y aumentando los costes de la mano de obra y el tiempo de inactividad.
Si Microsoft sigue adelante con esto hará que el trabajo de implantación de nuevos sistemas y de reinstalación de los dañados casi imposible, comentó Paul McLaughlin, del Newnham College, Cambridge.
Julia Philpot, directora antipiratería del Reino Unido, comentó Lo último que queremos hacer es que la instalación sea más difícil.
