El desarrollo de nuevas aplicaciones y, sobre todo, de dispositivos que, a la par que sencillos, sean capaces de aprovechar las funcionalidades que ofrece la Internet móvil será la clave para que finalmente se confirme el potencial del m-business, según pone de manifiesto un estudio realizado por la consultora PricewaterhouseCoopers y publicado en el Technology Forecast 2001-2003.
A esto habrá que sumar la capacidad para poder ofrecer nuevos servicios y aplicaciones, principalmente aquellos relacionados con los sistemas de localización y ubicación del usuario que puedan ser visionados en los nuevos terminales de última generación. Además, estas aplicaciones serán muy diferentes a las actuales aplicaciones web.
A su favor, el desarrollo del m-business cuenta con la estadística que supone que el número de usuarios con teléfono móvil es mayor -y seguirá aumentando en el futuro- que el de personas con ordenadores personales. De hecho, se espera que los dispositivos inalámbricos de acceso a Internet superarán a los dispositivos que utilizan la transmisión con hilos en el año 2002.
Por el contrario, entre las limitaciones que están lastrando a la Internet móvil figuran la escasa cobertura de las redes inalámbricas en determinadas zonas geográficas, la falta de desarrollo de normas y protocolos para el m-business debido a ciertas barreras tecnológicas, además de otras de tipo social y cultural, especialmente aquellas relacionadas con los servicios de localización del usuario y el riesgo de que puedan atentar contra su privacidad. Según PwC, el negocio móvil sólo alcanzará éxito si operadoras, fabricantes de software y desarrolladores de aplicaciones consiguen superar este reto, si bien esto se podría resolver con el uso de filtros de privacidad.
Europa y Asia se encuentran a la cabeza de la adopción de las tecnologías m-business, tanto desde el punto empresarial como residencial, debido a que la regulación de este tipo de servicios ha posibilitado la adopción de un protocolo estándar.
Otro aspecto a destacar radica en la importancia que en los próximos años tendrá la implantación de las redes de generación 2,5, cuyo abanderado es GPRS, que se ha de convertir en el trampolín de la futura Internet móvil. El 95 por ciento de los abonados a servicios móviles del mundo seguirá utilizando tecnologías de 2G y 2,5G a finales del año 2003 debido a la lentitud del despegue de las redes de tercera generación.
En cuanto a las aplicaciones, serán las que faciliten las transacciones empresariales B2B y B2E (empresa-empleado), que permitirán a las compañías aprovechar sus sistemas de gestión para incrementar la productividad de las plantillas, que cada vez demandarán más movilidad.