El culebrón Dell-Icahn lejos de acabarse tras haber conseguido la aprobación de su oferta de privatización, finalmente por 25.000 millones de dólares, se está recrudeciendo en el ámbito de los tribunales.
Hace unas semanas, Michael Dell conseguía la aprobación para privatizar la compañía en uno de los procesos de votación más controvertidos de los últimos tiempos. Sin embargo, el activista inversor Carl Icahn no está dispuesto a aceptar su derrota y denunció este proceso ante los tribunales.
Pero de momento, las cosas van despacio y tampoco están saliendo como quiere Icahn. El juez Leo Strine ha negado lapetición del inversor de agilizar su demanda contra la directiva de Dell, a la que acusa de haber violado sus obligaciones fiduciarias al aceptar la oferta de privatización por 25.000 millones de dólares. El magistrado ha comunicado que fijará una audiencia formal sobre la demanda, pero ha instado a Icahn y a Dell a resolver sus diferencias.
Icahn tenía la esperanza de impedir el voto de los accionistas en una votación especial prevista para el 12 de septiembre. Y en su lugar quiere que la compañía convocara una reunión general anual al mismo tiempo que una votación especial, ya que eso obligaría al presidente a poner su mejor oferta definitiva sobre la mesa, ya que considera que el valor de 25.000 millones es poco para lo que vale Dell.
