El CEO también sabe evolucionar

Las tendencias que transformarán el mundo de los negocios en los próximos cinco años estarán marcadas por los avances tecnológicos en un tanto por ciento determinante, aunque sin estar exentas del efecto que producirá el nuevo escenario económico y los cambios demográficos. Al mismo tiempo, los CEO muestran mejores expectativas sobre el crecimiento que va a tener la economía global, por encima de las relativas a sus propios negocios, aunque mantienen la confianza de que la evolución de sus actividades aumentará en 2014. Estas conclusiones se extraen de la decimoséptima Encuesta Mundial del CEO, que revela un incremento de confianza entre los máximos directivos de todo el mundo; incluso los ejecutivos españoles se muestran optimistas y la mitad de ellos estiman que las cosas irán mejor en 2014 con la convicción para una gran parte de que aumentarán los ingresos de sus compañías en el corto plazo dejando atrás la época de recesión. La visión de estos directivos tiene un alto calado de optimismo, y es importante esta percepción porque son ellos los que definen el camino a seguir desde sus organizaciones; está claro que las esperanzas que denotan deben ser consideradas con la convicción de que logren materializarse. Sin embargo, el crecimiento que busca el CEO no es fácil de ejecutar debido a los sinsabores que desprende la economía mundial. Y si nos atenemos a la menor confianza que deposita en su negocio -como también afirma-, las sombras prevalecen sin que se despeje en demasía el panorama económico venidero. Pero llama la atención un cambio que parece dar al vaticinar la revolución del mundo empresarial de la mano de la tecnología. Se ha escrito mucho en los últimos años sobre el poco peso que en ocasiones tiene el departamento TIC dentro de una organización y, por ende, la poca atención que reciben los proyectos de innovación y tecnológicos por parte del CEO. Las conclusiones de la citada encuesta revelan que movilidad, Big Data y redes sociales no son términos desconocidos para el máximo ejecutivo y, más aún, éste indica que son acciones clave que permitirán avanzar en el camino de transformación del negocio. Se ha producido un cambio de mentalidad o, quizás, el arraigo definitivo de las ventajas que supone mejorar la capacidad de sus compañías para innovar.