No existen dudas respecto a la actual carencia de profesionales especializados en TIC, una situación que está provocando, a pesar de las muchas barreras gubernamentales existentes, el trasvase de expertos en TIC hacia los países que, además de tener una elevada demanda de determinados perfiles, ofrecen niveles más altos de remuneración.
El caso de India se ha convertido en paradigma. En 1998 la India era un país repleto de talento y con una enorme fuerza laboral que además de estar altamente especializada en la escritura de software resultaba extremadamente barata, pudiendo utilizarse para realizar las tareas más mundanas de los ámbitos informáticos como el mantenimiento del software, los procesos de migración y por, supuesto, la codificación necesaria para afrontar con éxito la llegada del por entonces considerado casi fatídico año 2000. Ese mismo año, la industria del software generó en India unos beneficios de 3.000 millones de dólares, procedentes en gran parte del trabajo realizado para compañías como Nortel, IBM y Hewlett-Packard como resultado de los servicios que éstas desarrollaban en relación con el Efecto 2000 para organizaciones con un significativo grado de utilización de TIC.
Este año la industria de software generará en India más de 8.000 millones de dólares en ventas, una cifra que de acuerdo con la consultora McKinsey, aumentará hasta alcanzar los 87.000 millones de dólares en 2008, de los que más de 50.000 millones de dólares procederán de las exportaciones.
La clave de tal crecimiento es que India es, por detrás de los EEUU, el país que dispone del mayor número de personas con dominio de la lengua inglesa y conocimientos en TIC. De acuerdo con Business Week en India existen 350.0000 ingenieros de software, cifra que en EEUU se sitúa en los 250.000 y además, el número de profesionales con conocimientos especializados en TIC aumenta en India a un ritmo mucho más rápido que en cualquiera de los restantes países de habla inglesa más de 67.000 profesionales de software se gradúan cada año en las 1.800 instituciones académicas que existen en India.
A pesar de los positivos datos que caracterizan al mercado indio de TIC, el país se enfrenta al acuciante problema de cómo retener su capital humano. En India un ingeniero de software sólo puede esperar ganar entre 300 y 500 dólares mensuales, razón por la que muchos de los ingenieros indios deciden marcharse a otros países, en los que existe una demanda patente y la retribución económica es considerablemente superior. Cuando los responsables de la industria norteamericana de las TIC solicitan al gobierno que aumente el número de visados de trabajo que ofrece, son con frecuencia programadores indios los que danzan en su mente. Se estima que alrededor de un 47 por ciento del total de los visados de trabajo expedidos anualmente en EEUU acaban en las manos de profesionales del software procedentes de India.
Los norteamericanos de origen indio suponen menos del 1 por ciento de la población de EEUU, pero sus ingresos casi doblan el volumen del salario medio, afirma el ministro de Exteriores de India, Jaswant Singh, quien considera que de las 80 agrupaciones nacionales existentes en los EEUU, los norteamericanos de origen indio disponen de un nivel muy alto en lo que a educación e ingresos se refiere.
Ante esta situación el gobierno indio está haciendo todo lo posible para convertir el país en una base atractiva para las compañías del sector tecnológico inmersas en la nueva economía global. La infraestructura de telecomunicaciones se ha desregularizado y el primer ministro Atal Bihari Vajpayee presume de que la política india en relación con los servicios de Internet es una de las más atractivas del mundo. Como resultado, el país está convirtiéndose rápidamente en base predilecta para las compañías que se dedican no solamente a realizar el trabajo duro propio del sector de las TIC sino también a la creación y la innovación.
Entre otras razones, las ventajas que ofrece el continente asiático en lo que fuerza de trabajo se refiere llevan a que no pocas empresas de TIC, hayan tomado la decisión de trasladar determinadas de sus actividades a compañías ubicadas en la India y otros países de Extremo Oriente, una situación que está provocando no pocas quejas entre los trabajadores.
Uno de los casos más recientes que ha acaparado la atención de los medios de comunicación es el de Amazon, cuyos trabajadores han reclamado, ante una decisión que cuestiona la permanencia en sus trabajos e incluso sus trabajos mismos, garantías de seguridad sobre sus puestos. A este hecho se ha unido además su descontento por las largas jornadas laborales, situación que les ha llevado, apoyados por la Washington Alliance of Technology Workers (WashTec), organismo afiliado a la Communication Worker of American, a exigir una solución al respecto.
Latinoamérica, al igual que Europa, también sufre una aguda carencia de programadores y expertos en TIC, lo que ha llevado a las compañías a desarrollar sofisticadas técnicas para atraer a los profesionales más cualificados e incluso a contratar promociones completas de futuros informáticos antes de que hayan finalizado su formación. Según los datos de un estudio realizado por Select-IDC y Cisco Systems hasta 2004 permanecerán en Latinoamérica 500.000 empleos sin ocupar. Aunque la carencia de profesionales especializados es una problemática de alcance global, el déficit latinoamericano alcanza una cuota alarmante, mientras éste se sitúa a nivel mundial en un 29 por ciento (1,9 millones de empleos), en Latinoamérica el porcentaje aumenta hasta un 63 por ciento.
Al igual que los profesionales indios, los expertos latinoamericanos ven en Estados Unidos, que les ofrece visados especiales y tentadoras ofertas salariales, el paraíso laboral; una situación que agrava el problema.
