Reforzar nuestro compromiso con las entidades bancarias, suministrándoles una oferta global y completa del manejo de efectivo que contribuya a liberar recursos mediante la automatización es, en palabras de Germán Díaz Poveda, director general de De La Rue, la clave de nuestra estrategia y lo que nos ha llevado a apostar fuerte por entrar en el mercado de los cajeros automáticos.
Es así como el directivo ha dado a conocer la decisión de abordar este segmento de mercado que, a nivel nacional cuenta con un parque de 50.000 unidades instaladas y en el que se enfrenta a la competencia de compañías como NCR, Fujitsu o Wincor-Nixdorf. Sin embargo, la multinacional de origen británico, que facturó en 2002 más de 1.000 millones de euros, de los cuales 42,62 millones procedieron de España, se muestra optimista con la nueva iniciativa y entre sus metas está la de conseguir un 10 por ciento de las ventas en 2003, lo que supone unas 700 unidades, mientras que de cara a 2007 baraja porcentajes del 20 por ciento llegando a los 2.000 cajeros vendidos, según aclara el directivo, que añade que aprovecharán el tirón del mercado que se espera se produzca en 2005 con la entrada en vigor del estándar EMV, lo que implicará la sustitución de los cajeros. Así, esperamos convertirnos en el tercer proveedor del mercado. De este modo, la compañía ha ampliado su catálogo de productos con una nueva línea de autoservicios especializados que, denominados Cash Star, complementan su oferta de dispositivos dedicados a la gestión de efectivo, abarcando así toda la gama de operaciones bancarias automatizadas. Además, los nuevos cajeros están homologados por todas las redes que operan en España y ofrecen la posibilidad de diseñarse a medida. Respecto a sus clientes, opera con las principales entidades bancarias tanto nacionales como internacionales.
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