Tras la adquisición de las empresas Informa, CTI y ICIA, el Grupo Cesce, especializado en la provisión de servicios financieros y el suministro de información empresarial, viene trabajando en múltiples vertientes con el objetivo de racionalizar la infraestructura tecnológica heredada a raíz de ese proceso de integración.
El almacenamiento es uno de los frentes en los que actualmente se concentran estos esfuerzos a través de Grupo Cesce Servicios Tecnológicos (GCST), una Agrupación de Interés Económico (AIE) constituida en 2006 con el objetivo de configurar un centro tecnológico para proporcionar servicios TI a las distintas empresas del grupo. El objetivo de esta organización, que integra alrededor de 50 procedentes en su mayoría de las áreas tecnologías de las distintas empresas integradas en el grupo, pasa por “racionalizar y flexibilizar nuestras infraestructuras TI para ahorrar costes y mejorar los servicios, simplificando al mismo tiempo la gestión”, explica el responsable del Área de Almacenamiento en GCST, Alberto Bastos.
En esa línea, GCST inició en 2006 año la planificación de un proyecto para atacar directamente un entorno de infraestructuras TI cuya complejidad ponía al grupo empresarial en una situación que corría el riesgo de impactar negativamente en su operativa. “La integración de empresas había dado lugar a un SIMO en el que se distinguen dos grandes grupos de sistemas: un entorno host con un IBM Z/900 con Z/900 y participaciones Z/Linux, y un entorno de sistemas abiertos formado por blades con Windows y Linux, sistemas HP-UX y Sun Solaris, NetWare y VMware”, describe Bastos. Por su parte, la red SAN de almacenamiento centralizado se componía de sistemas de múltiples fabricantes, concretamente armarios IBM-DS8100 y Shark F20, una cabina EMC Simmetrix y un NetApp Net Filler para sistemas abiertos, y una cabina HDS 9960, que se adquirió de segunda mano, justamente para disponer de un segundo nivel de almacenamiento con discos de bajo coste para el mainframe. “Resultaba absurdo mantener tantas cabinas, fundamentalmente porque se resienten tanto el rendimiento y la disponibilidad, como el nivel de servicios que podemos dar a las empresas”, argumenta el técnico.
Además y a pesar de su heterogeneidad, esta infraestructura tenía importantes limitaciones. “El mainframe sólo podíamos conectarlo al Shark y a la HDS, de modo que cuando nos quedamos sin espacio en estas máquinas, el espacio disponible en el resto de sistemas no era utilizable”, indica Bastos. El técnico añade en ese sentido que “esta situación provocaba que se estuvieran utilizando discos de la DS8100, de alto coste, para proyectos en los que no era necesario, al mismo tiempo que nos encontrábamos limitados para dotar por ejemplo a la BBDD Oracle del almacenamiento adecuado a su nivel de criticidad”.
NSC55, el cerebro
Ante esa situación, GCST barajó inicialmente la posibilidad de proceder a la consolidación de información en una única cabina de alta capacidad; pero el carácter innovador de la empresa y la emergencia de las tecnologías de virtualización llevaron a la organización a considerar otras alternativas. “Empezamos a analizar las tecnologías de virtualización del almacenamiento que había en el mercado, concretamente las propuestas de IBM e Hitachi, y tras comprobar que esta última era la que más implantaciones tenía a nivel mundial y la que mejor se adaptaba a nuestras necesidades de negocio por su elevada escalabilidad, apostamos por Hitachi”, indica Bastos. La incapacidad que tenía en ese momento la tecnología SVC (SAN Volumen Controller) de IBM para virtualizar el host terminó de inclinar la balanza hacia Hitachi que, en el marco del proyecto, ha dotado al Grupo Cesce con un sistema TagmaStore Network Storage Controller, NSC55, que actúa como el “cerebro de la virtualización de la SAN” en palabras de Bastos. No obstante, el técnico precisa que “por el momento no vamos a virtualizar el host y aunque empezaremos hacer pruebas en ese campo este trimestre o el próximo; ahora estamos fundamentalmente enfocados a la virtualización de sistemas abiertos, pero no hemos querido dejarnos cerrada la puerta a la virtualización del host y, de hecho, se ha instalado con conectividad FICON”.
Con esa visión, además de la cabina virtualizadora NCS55, GCST ha incorporado asimismo una cabina modular HDS AMS200 de bajo coste. De esta forma se han eliminado los sistemas Symmetrix y NetApp, suprimiendo sus correspondientes costes de mantenimiento, y a día de hoy la SAN se compone de tres cabinas: el HDS NCS55, con 2 Tb de almacenamiento interno; el HDS AMS200, con 18 Tb; y el IBM DS8100, con 10 Tb; sumando un total de 30 Tb en producción. Dos switches McData de 32 puertos y otro par de switches del mismo fabricante de 24 puertos soportan la conexión de los servidores de sistemas abiertos, VMware e instancias de Z/Linux a través de FCP desde Z/VM de IBM, los almacenamientos AMS, DS81000 y NSC55. A este último se conecta además VMware, el Z/9 para la conexión de discos CKD a través de FICON y los armarios DS8100 y AMS200. La iniciativa ha supuesto una racionalización de recursos en la organización y, lo que es aún más importante, ha abierto un abanico de nuevas posibilidades desde el punto de vista de la administración y la gestión, además de aportar a GCST las ventajas propias de un entorno abierto multifabricante. En ese sentido, Bastos indica que “este es uno de los puntos fuertes de la virtualización al permitir una gestión del almacenamiento más eficaz desde el punto de vista económico; la red está abierta a las cabinas de cualquier fabricante y puedo comprar más disco para el IBMD DS8100 si me hace mejor precio que Hitachi, sin olvidar las ventajas a la hora de integrar nuevas cabinas sin necesidad de añadir más conectividad en el caso de la potencial compra de otra empresa”.
Ciertamente, y gracias al software HDLM (Hitachi Dynamic Link Manager), GCST está disfrutando de una flexibilidad en la gestión del almacenamiento que hasta el momento le era desconocida y que procede de la capacidad de la tecnología de virtualización para convertir la infraestructura de almacenamiento en pool de recursos fácilmente gestionable.
De esa bondad han dejado constancia las distintas pruebas llevadas a cabo en el marco del proyecto, que se viene desarrollando en colaboración con la empresa de servicios perteneciente a BT, Business Integration. Y es que tras la instalación de las máquinas entre junio y julio del pasado año, a lo largo de julio y agosto se llevaron a cabo diferentes pruebas, fundamentalmente en el campo de la migración, que han puesto sobre la mesa buena parte del potencial de la solución. “La agilidad y el nivel de rendimiento conseguido con la cabina modular, que es la más pequeña, nos ha dado una idea más satisfactoria de lo que podemos hacer con la virtualización en un sistema de almacenamiento de gama alta”, indica Bastos.
Entre estas experiencias destacan las llevadas a cabo con instancias de Z/Linux, moviendo volúmenes residentes en discos Fiber Channel de alto rendimiento a discos SATA sin parada de servicio. Se trata de una experiencia pionera puesto que, si bien la posibilidad ya estaba soportada por Hitachi, es la primera ocasión que se aplica en Europa. La funcionalidad resulta clave a la hora de desarrollar pruebas en entornos de bajo coste, antes de pasar a producción.
También se han llevado a cabo pruebas de migración en caliente de volúmenes, tanto RAW como de máquinas virtuales, demostrando “una potencia increíble que además no afecta a la CPU”, subraya el técnico.
En esa línea, Bastos reconoce su asombro ante la simplicidad de uso de la tecnología de virtualización de Hitachi, que ha quedado demostrada en estas experiencias previas, especialmente en entornos de servidores virtuales, una pata clave en la estrategia TI de GCST. De hecho, “ahora mismo tenemos cerca de 80 servidores virtualizados, entre Windows y Linux, atacando el almacenamiento y no hemos tenido hasta el momento ni una sola incidencia”, comenta Bastos.
En este proyecto, GCST avanza con paso seguro. “Estamos trabajando despacio y paso a paso”, apunta Bastos, para añadir que “no vamos a atacar en primer lugar los servicios críticos, sino los menos críticos”. Desde esa perspectiva, “ya hemos puesto en producción servicios de gestión documental y, de hecho, migramos en 20 minutos un volumen de 200 Gb”, indica el técnico. De momento, la consolidación se centra en Windows y Linux, pero Bastos adelanta que “la inminente entrada en producción de los Z/Linux será el pistoletazo de salida para acelerar la consolidación y a lo largo del año continuaremos avanzando con las BBDD Oracle y SQL, y también atacaremos Solaris y HP-UX”.
Con esa perspectiva, este mismo mes está prevista una ampliación y GCST ya ha hecho una petición para crecer en discos de alto rendimiento en el NSC55 si bien, gracias al entorno de vasos comunicantes que facilita la virtualización, “también podemos crecer en el IBM DS8100 o el HDS AMS200”, apostilla.
Virtualización y continuidad, aliadas
El alcance del proyecto, en el que GCST ha invertido hasta el momento alrededor de 180.000 euros -en torno a 30.000 euros en disco- es, no obstante, mucho más ambicioso y va más allá de la simple consolidación. Por un lado, GCST sienta las bases con esta iniciativa para avanzar en la filosofía ILM de gestión de la información. De hecho, “en el marco del proyecto, hemos realizado la clasificación por niveles de los almacenamiento de cara a adecuar el almacenamiento de los diferentes tipos de información con el soporte más adecuado”, explica Bastos.
En este sentido, se han establecido cuatro niveles: Platinum, Oro, Silver y Bronce. Bajo la consideración Platinum se encuentran los discos de alto rendimiento de la IBM DS8100 y el HDS NCS55, Oro serían los discos de alto rendimiento de la AMS200, el plata discos SATA y el bronce cinta.
En base a esta clasificación, GCST puede llevar a cabo una gestión del almacenamiento adecuada a las necesidades del negocio y en consonancia con el nivel de criticidad de cada aplicación. “Si se trata de gestión documental se utilizan discos SATA, si es una BBDD Oracle de alto rendimiento se emplean discos FiberChannel y, en la misma línea, si es una aplicación poco crítica se lleva al AMS200 y si, por ejemplo, se trata de un rack estratégico se lleva al NCS55”, indica Bastos.
Por otro lado, con este proyecto GCST ha levantado los pilares para la futura mejora de su Centro de Recuperación Remoto, ubicado en el TIC de Telefónica en Tres Cantos. “Tenemos el objetivo de poder realizar la replica de nuestro sistema de almacenamiento en el Centro de Recuperación Remoto a través de una conexión directa apoyándonos en las ventajas que aporta la virtualización”, adelanta Bastos, para añadir que “eso nos permitirá mejorar los tiempos de RTP (Recovery Time Objetive) y RPO (Recovery Point Objetive) sin la necesidad de desplegar nuevas comunicaciones ya que la tecnología de replica basada en pool con HUR( Hitachi Universal Replicator) permite hacer replicas a través de redes con anchos de banda reducidos”. Y es que, actualmente GCST dispone de una conexión TCP/IP con el Centro de Respaldo. Con esa visión y al hilo de la consolidación, el IBM Shark existente en la anterior infraestructura se ha trasladado al Centro de Respaldo y se está valorando el futuro traslado de la HDS NSC55, que sería sustituida en el Centro Principal por una plataforma más moderna de nueva adquisición. El nuevo miembro de la infraestructura podría ser el TagmaStore ISPV o el VM, que son los sistemas más avanzados de Hitachi en materia de thin provisioning y permiten un ahorro estimado del 65 por ciento en el uso de disco físico.
