BlackBerry llevaba en venta desde el mes pasado. Además habían anunciado el despido de un tercio de su plantila -4.500 empleados-, así como unas pérdidas próximas a los 1.000 millones de dólares en el segundo trimestre del año. Las aguas bajaban revueltas en la compañía canadiense y la venta era inminente, tal y como adelantaba ayer Computing.
Lo cierto es que BlackBerry llevaba meses tambaleándose. Las ventas estratosféricas de Samsung y la buena acogida por parte del público de los productos de Apple han ido minando poco a poco sus cifras de mercado, dejando a la firma sumida en una profunda crisis.
Por estos motivos, el consejo de administración de la compalía se ha visto prácticamente obligado a aceptar la oferta de compra remitida por el consorcio empresarial liderado por Fairfax Financial Holdings, perteneciente al sector de los seguros y las inversiones. El acuerdo se cerraría por unos 4.700 millones de dólares (menos de 3.500 millones de euros). La operación no está cerrada en estos momentos, por lo que no se descartan novedades en forma de nuevas ofertas. Fairfax tiene hasta el 6 de noviembre para evaluar la situación financiera de BlackBerry y confirmar la compra o desechar la misma. BlackBerry también puede cancelar el trato, aunque debería abonar 157 millones de dólares en concepto de indemnización.
Una muestra de la crítica situación de BlackBerry ha sido la reciente suspensión de sus acciones en EE.UU. después de que registraran un descenso del 5,6%. El acuerdo establece que los accionistas de la multinacional obtengan 9 dólares por acción. En el momento de la suspensión, los títulos estaban en 8,23 dolares.