Azucarera Ebro Agrícolas (AEA) es el resultado de la fusión de tres de las empresas más importantes en el segmento de mercado del azúcar -Sociedad General Azucarera Española, Ebro Sociedad de Azúcares y Alcoholes y Compañía de Industrias Agrícolas-, que ha dado como resultado la creación de una empresa que absorbe, a día de hoy, el 70 por ciento de este negocio alimentario, con una facturación que ronda los 160.000 millones de pesetas.
A su vez, AEA forma parte del grupo Ebro-Puleva, al que se unen Herba, la primera productora europea de arroz, y Puleva, uno de las compañía más importantes del sector lácteo español, para configurar, junto a otras empresas de menor tamaño, un holding empresarial que supera los 400.000 millones de pesetas de volumen de negocio.
Como grupo de reciente creación, Ebro-Puleva no ha establecido aún políticas comunes de Tecnologías de la Información, aunque sí se están incorporando mecanismos que permitan, en un futuro, coordinar las informáticas de sus diferentes empresas, al menos a escala nacional. Como afirma Javier Martínez, director del departamento de tecnología de sistemas de AEA, existe ya una dirección dentro del grupo cuyo objetivo es coordinar los esfuerzos en sistemas con el objetivo de unificar criterios en la implantación de plataformas software, hardware y de red en todas las empresas del grupo. La colaboración entre Azucarera Ebro Agrícola y Herba en el soporte de un sistema SAP de gestión y producción, podría considerarse como la primera semilla en esta estrategia homogénea de sistemas, aunque ya se están empezando a diseñar otras referentes a la red de comunicaciones o a los equipamientos centrales de proceso.
Y es que las historias de fusión empresarial no son sencillas. Desde la perspectiva de los sistemas implican la integración de plataformas y la rápida toma de decisiones para establecer nuevos marcos comunes de actuación. AEA no ha sido una excepción a esta regla, con la complicación añadida de que esta compañía es el resultado de dos diferentes fusiones a lo largo de una década.
La primera transformación de sistemas se produjo a comienzos de la década de los noventa, tras el primer acuerdo empresarial entre Ebro Sociedad de Azúcares y Alcoholes y Compañía de Industrias Agrícolas.
Durante los últimos cinco años, una de las principales batallas de AEA en el área de sistemas se ha librado en la integración de SAP dentro de la compañía y en el desarrollo de las mejores estrategias para conseguirlo de una manera eficaz. Si nadie pone en duda el éxito del sistema, sí se han corregido en el tiempo algunas cuestiones de matiz importantes y que tienen que ver con la implantación general de un sistema ERP.
Fijado el marco de sistemas de información, el siguiente paso fue seleccionar las configuraciones de proceso necesarias para unificar una granja de equipos dispersa, sobre la que cada usuario final tenía la última palabra. En 1995, se eligieron unos entornos de proceso que perduran en la actualidad, aunque con los lógicos cambios de máquinas y crecimientos de capacidades.
A partir de ese momento, la plataforma cliente se basó en PCs con sistema operativo Windows NT 3.51 -un entorno, el de Microsoft, que no se ha abandonado-, y los ordenadores centrales entraron en la órbita Unix, como evolución al sistema operativo VMS de la antigua Digital. Además se estipuló TCP/IP como protocolo de comunicaciones corporativo en el seno de una red a la que se dotó de mayores anchos de banda con la utilización de líneas Frame Relay y el backup de RDSI.
Desde la etapa inicial, la evolución de los entornos de proceso ha sido homogénea. El mundo cliente ha pasado por Windows NT 4.0 y esperamos que, durante el año próximo, dé el salto hacia Windows XP. Por su parte, los servidores de producción, desarrollo y prueba de SAP han seguido la estela de los diferentes modelos AlphaServer de Compaq (Tru64). En uno y otro caso, a lo que no hemos podido sustraernos es al gran crecimiento de equipos servidores en ambos entornos y a los problemas de gestión subyacentes que una granja, como la actual, cercana a los 60 equipos, pueden provocar, comenta Martínez. Este crecimiento, aunque homogéneo, se ha intentando superar con la implantación de diversos sistemas de gestión.
Hoy día, AEA se está replanteando nuevamente su estrategia conjunta de administración de sistemas, con el objetivo de conseguir los mayores rendimientos de las aplicaciones y de los equipos implicados. Para ello, se está analizando un nuevo marco de gestión y otros procedimientos como la integración de sistemas más tolerantes a fallos o la incorporación de configuraciones de almacenamiento en SAN, como la recientemente instalada sobre soluciones de Compaq.
La creciente complejidad de los diversos sistemas SAP y sus niveles de disponibilidad supuso la entrada de BMC Patrol como sistema de gestión que se ha mantenido inalterable hasta la actualidad. Sin embargo, hace cuatro años, la presión de la instalación con el crecimiento de los entornos Windows NT se hizo insostenible hasta tal punto que se buscaron nuevas fórmulas para gestionar la granja de servidores en este entorno y aprovechar la situación para incorporar un sistema de administración paraguas y capaz de recoger en una consola central los eventos derivados de todas las herramientas de gestión involucradas en la instalación. Tivoli fue la opción finalmente elegida, aunque a día de hoy no haya podido cubrir todas las expectativas que los responsables de sistemas de AEA tenían sobre el producto.
Por esta razón, la compañía inició el año pasado un proyecto de sistemas a tres o cuatro años que pretende la remodelación del área, lo que podría implicar la sustitución de algunos de algunas de las herramientas o su modernización. El criterio principal sobre el que se basará la decisión final serán los costes de mantenimiento asociados y de desarrollo de la plataforma y la capacidad de anticipación de incidencias que provea. Como explica Martínez, los objetivos que pretendíamos cubrir con Tivoli no se han cubierto. Queríamos un marco único para todos los sistemas de gestión y sólo lo hemos conseguido en lo que se refiere a una consola central de eventos, pero no en lo que afecta al reporte de estados de las máquinas.
A pesar de todo y con ser importante, no es tanto el funcionamiento de Tivoli lo que preocupa a los gestores de sistemas. Es en el mantenimiento de la plataforma donde se albergan las mayores dudas ya que, según Martínez, es aquí donde se establecen las mayores diferencias si tuviésemos que poner en una escala las horas dedicadas al mantenimiento de Patrol y al de Tivoli, la relación sería de una jornada laboral para el primero y de un mantenimiento diario para el segundo. No hay color entre ambos y desde luego nuestro objetivo es justo el contrario. Queremos predecir el estado de nuestros sistemas y con Patrol lo hemos conseguido sin problemas en la plataforma SAP, pero no podemos decir lo mismo de Tivoli.
En relación a los costes, si bien la inversión a realizar en una solución centrada en Patrol serían mayores de principio, los costes finales por las bondades de administración del sistema serían mucho menores es un ejemplo claro de cómo una inversión inicialmente más cara en principio, puede convertirse en más rentable a corto y medio plazo. Sin embargo, el proyecto está todavía en una segunda fase y para tomar una decisión habrá que analizar las consolas centrales de cada herramienta y la integración con otras como Insight Manager de Compaq actualmente en activo. comenta el rsponsable de sistemas.
Además del proyecto de gestión, AEA ha diseñado otros que afectan a diferentes áreas de la instalación.
La seguridad en Internet será un tema prioritario para los próximos años, así como la optimización del entorno de corro electrónico soportado en el Exchange de Micrsosft. Ya en el entorno cliente se han empezado a tomar algunas medidas con la adquisición de servidores Compaq Proliant DL 360 y con la decisión de migrar hacia Windows XP lo antes posible.
Además se van a potenciar los recursos de ancho de banda de las redes LAN/WAN, con el fortalecimiento de las electrónicas en ambas áreas. Uno de los objetivos principales de estos proyectos es incrementar al máximo las velocidades para los actuales 550 usuarios de SAP, garantizándolos un ancho de banda suficiente que ahora está siendo consumido por aplicaciones masivas de intranet. Ya se han adquirido nuevos routers de Cisco y se piensa en aumentar las capacidades del backbone central con la posible incorporación de tecnologías Gigabit Ethernet.
Por último gran proyecto, AEA ha puesto en marcha un diseño para agrupar sus capacidades de proceso en el área SAP. Los actuales 17 servidores implicados en la gestión de bases de datos podrían quedar reducidos a uno por compañía (AEA y Herba), utilizando máquinas virtuales de recursos bien gestionadas. Un paso inminente y considerado como urgente dentro de la nueva política de gestión de sistemas.