La AEC, Asociación Española de Empresas de Consultoría, se suma a la iniciativa presentada por Fidex, Foro para la Ingeniería de Excelencia, en la que denuncia la práctica reciente de la mayoría de las Administraciones Públicas de no valorar la calidad técnica o hacerlo de forma insuficiente y con peso insignificante. Esta mala práctica hace que el precio de la oferta sea el único factor real de selección, lo que provoca, en las actuales circunstancias del mercado, contrataciones a precios inferiores a los necesarios para realizar un servicio de calidad.
La AEC señala que el contexto de fuerte contracción de la demanda (licitaciones públicas) unido a un mayor peso del precio en los criterios de adjudicación ha provocado una excesiva presión en los precios (tarifas de los servicios profesionales). Las empresas del sector han optado por ajustar al máximo sus tarifas, sacrificando sus márgenes para preservar el empleo y han entrado en una dinámica de competición en precios. Así hemos visto adjudicaciones en licitaciones públicas con bajas sobre el precio de licitación impensables en épocas anteriores, con bajas del 30%, 40% e incluso del 50% sobre el precio de licitación en contratos de servicios.
En el reciente “Informe de Licitaciones Públicas 2014” en el Sector de la Consultoría presentado por la AEC, se confirma la excesiva importancia que se otorga al criterio precio en la mayoría de las Administraciones, al ser el criterio determinante en más del 80% de las licitaciones, en detrimento de criterios tradicionalmente asociados a la consultoría como es la calidad y el valor añadido de los servicios de consultoría.
Según se desprende del informe, el precio continúa siendo el criterio determinante en las licitaciones de la Administración General del Estado (AGE) y de las comunidades autónomas. El estudio demuestra que la AGE, en un 80,13% de las licitaciones, valoró el criterio precio por encima del 50%, un porcentaje superior al de las comunidades autónomas, con un 54%.
Esta adjudicación “a subasta” de los proyectos dificulta la consecución de los resultados esperados del proyecto; pone en peligro la sostenibilidad de algunas empresas del sector y su capacidad de crear/retener empleo y supone la degradación de un sector estratégico, como es el de la Consultoría, para el desarrollo de la economía.
Además, esta presión en precios y bajada de tarifas profesionales está afectando a las retribuciones que perciben los profesionales del sector, ocasionando un deterioro en la imagen social de la profesión de consultoría y servicios TI. Deterioro que se percibe por el insuficiente número de matriculaciones en escuelas y facultades universitarias de las que normalmente se surte el sector (Ingenierías, Informática, Matemáticas, etc.) y también por la tendencia creciente de algunos de nuestros jóvenes licenciados o graduados de más talento que optan por emigrar a otros países en busca de un mejor desarrollo profesional.