Hace apenas un año, enfrentábamos el 2020 con la incertidumbre que nos planteaban hechos como el Brexit, la guerra comercial entre EEUU y China, las elecciones estadounidenses o la formación de un Gobierno de coalición en España. El panorama hacía presagiar meses de gran intensidad informativa. Sin embargo, la realidad superó cualquier previsión y nos puso de cara a una pandemia de dimensiones desconocidas y consecuencias imprevisibles.
La Covid-19 ha sido un dramático punto de inflexión mundial que ha establecido un antes y un después en nuestra vida personal y profesional, pero también en nuestra sociedad, en nuestra economía y en nuestros sistemas sanitario y educativo. Pero, no hay desafío sin oportunidad.
En el ámbito profesional, es innegable que la Covid-19 ha supuesto un gran impulso a los proyectos de transformación digital para, primero resistir y después competir en la nueva normalidad. Una imparable transformación cada vez más inclusiva y sostenible. El coronavirus nos ha empujado colectivamente y de forma repentina hacia un mundo digital, obligando a las empresas, a los organismos públicos y a los individuos a cambiar drásticamente su forma de operar. Esto ha evidenciado que la madurez digital no es un mero concepto, sino que determinará los tiempos y la forma en la que las empresas se recuperarán tras la crisis y, en muchos casos, el factor que decidirá su supervivencia. De hecho, la pandemia se ha convertido en un potente acelerador de las capacidades digitales en las empresas. Según un reciente informe de Capgemini, cerca de dos tercios de las empresas actuales tienen las capacidades digitales (60%) y de liderazgo (62%) necesarias para implementar con éxito la transformación digital.
La madurez digital no es un mero concepto, sino que determinará los tiempos y la forma en la que las empresas se recuperarán tras la crisis
Confiamos en que estas transformaciones, una vez pase el temporal, nos permitan contar con un tejido empresarial resultante más robusto y eficiente, mucho más ágil y con una mayor capacidad de adaptación ante las crisis venideras. No podemos olvidar que nos habremos dejado atrás una parte de empresas, pero la tecnología está permitiendo y permitirá que la mayoría salgan adelante más fortalecidas.
Optimizar la eficiencia
Si bien este año la transformación se ha centrado principalmente en asegurar el servicio y las cadenas de suministro mientras se extremaban las precauciones sanitarias, ahora veremos unos procesos encaminados a optimizar la eficiencia y en atender de forma más ágil y mejor a los clientes. Ha llegado el momento de digitalizar las partes industriales clave del negocio, lo que ha propiciado una nueva evolución en la llamada Industria 4.0, hacia una industria inteligente que implica tener capacidad para conectar dispositivos y recopilar y utilizar datos, lo que es de una importancia crucial para los negocios. A medida que las tecnologías digitales convergen, las empresas operarán con nuevos modelos y mejores: con productos inteligentes, operaciones inteligentes y un soporte y unos servicios inteligentes. La tecnología, de nuevo, será la protagonista con el despliegue del 5G, que sin duda cambiará nuestra forma de trabajar y relacionarnos, con el uso más intensivo de la inteligencia artificial a gran escala, sin olvidar su componente ético, o con la nube tomando más fuerza si cabe.
Es el momento de ser valientes, tomar decisiones y afrontar unos cambios utilizando el potencial humano a través de la tecnología para lograr el mejor futuro para nuestros profesionales, nuestros partners y nuestros clientes, el futuro que cada uno de ellos desea. Por lo pronto, toca ser ágiles para afrontar esos cambios que traerán sin duda muchas oportunidades por descubrir. Y no podemos olvidar en nuestras iniciativas de negocio el compromiso con nuestro entorno, nuestros empleados, nuestros clientes y la sociedad en general. Más que nunca tenemos que promover y comprometernos con la sostenibilidad y con la inclusión, como vértices de nuestros nuevos modelos de negocio en la denominada nueva normalidad.