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Las empresas tienen mucho por cimentar en torno a la inteligencia artificial



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Computing viaja a Barcelona para conocer los avances que las empresas están haciendo en torno a la IA, con la nube y la innovación como telón de fondo

Publicado el 1 abr 2025

Rufino Contreras

Redactor Jefe



nutanix apertura

En el marco de la tertulia de Computing en Barcelona, con la colaboración de Nutanix y Lenovo, distintos responsables TI abordaron el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito empresarial, con la nube y la innovación como telón de fondo. Desde la estrategia hasta la gestión del cambio, pasando por la necesidad de datos de calidad, cada participante ofreció su visión sobre cómo encajar esta tendencia en sus respectivos proyectos. La conversación dejó en claro que, aunque la IA es una tecnología en auge, su implementación requiere de planificación, recursos y una visión clara sobre su propósito y beneficios.

Digital Transformation Era

Mutua Universal, la gestión del cambio es un imperativo

Para Román Pérez, director de Digitalización y Tecnología, de Mutua Universal, la premisa parte en saber para qué la tecnología. “La tecnología en sí misma no me va a hacer tener más clientes ni más ingresos. Hay que definir una estrategia”, afirmó. Destacó que la IA se nutre de datos y que muchas empresas parecen olvidar este eslabón.

Xavier Morales (Lenovo), Massimiliano Ferrazi (Pierre Fabre Laboratories), Javier Jiménez (Danone), Carles Aguiló (Grup Mutuam), Julia Santos (Nutanix) y Román Pérez (Mutual Universal)

En su caso, la compañía comenzó su andadura en inteligencia artificial hace cuatro años, gracias a una base de datos consolidada desde 2013 con la implementación de SAP. Subrayó que el éxito en la adopción de esta tecnología pasa por garantizar la calidad y disponibilidad de los datos, además de contar con un equipo preparado para gestionarlos eficazmente.

Asimismo, vinculó la IA con el cloud, asegurando que su adopción requiere una nueva gestión de perfiles y formaciones. «El cloud implica una manera de gestionar diferente, requiere perfiles especializados, capacitación y una nueva visión sobre el almacenamiento y procesamiento de datos», comentó.

Román explicó que su empresa lleva la innovación por bandera: «Somos la primera y única mutua que comenzó con proyectos de inteligencia artificial predictiva con un retorno muy importante de la inversión».

Comentó, además, que Mutua Universal fue premiada por sus avances en robotización combinada con IA. «No se trata solo de automatizar procesos, sino de hacerlo de manera inteligente, aprovechando las capacidades predictivas de la IA», explicó.

Chupa Chups, contra la resistencia al cambio

Ricardo Iglesias, IT Manager de Chupa Chups, incidió en que a la hora de la gestión del cambio alguien tiene que responsabilizarse de ayudar a la adopción de la IA. A modo de arenga, instó a “abandonar el Excel y herramientas anticuadas” y adoptar nuevas formas de trabajo. Sin embargo, reconoció que esta «cultura del cambio» genera miedo, especialmente entre los empleados de mayor edad, quienes pueden sentir inseguridad ante las nuevas tecnologías. En este sentido, el mensaje principal debe ser claro: «Este es el camino, salimos de la carretera para ir a la autopista, tranquilos todos, vamos a ir mejor y vamos a ir más rápido», asegurando que nadie se quedará atrás en el proceso.

Danone, la fuerza de la inercia

Javier Jiménez, Head of Technology and Infraestructure de Danone, no considera que exista un rechazo per sé por las nuevas herramientas. “Yo creo que la dificultad para adoptar el cambio no reside tanto en una resistencia de los empleados, que pueden verla como una ayuda opcional sino en la inercia”.

Pablo Giancarli (Rhenus), Xavier Altafulla (Prat del Llobregat), Xavier Busquets (ESADE), Abe-Joel Agelet (Aigües de Barcelona), Jordi Pages (Silver Sanz) y Ricardo Iglesias (Chupa Chups)

Como ejemplo, mencionó el caso de la videoconferencia. Explicó que, aunque la pandemia de COVID-19 aceleró su uso, sin ella «todavía seguiríamos haciendo reuniones por teléfono». En suma, lo que realmente frena el cambio no es la oposición activa, sino esa inercia, una tendencia natural a seguir haciendo las cosas como siempre.

Silver Sanz: Salir de la zona de confort

Para Jordi Pages, Director IT de Siver Sanz, uno de los principales desafíos es hacer entender a los empleados que, al salir de su zona de confort, no están perdiendo su trabajo. «Lo único que estamos cambiando es la distribución del tiempo», subrayó. El trabajo rutinario ahora lo realiza la inteligencia artificial, dejando a las personas tiempo para tareas más complejas y gratificantes.

En relación a los cambios concretos en la empresa, Pages explicó que, por ejemplo, ellos han automatizado el proceso de recibir pedidos de distintas cadenas de compra. Antes, esto implicaba entrar en diversas páginas web, pedir autorizaciones, y registrar números manualmente. Ahora, un robot realiza todo ese trabajo: recoge el pedido, lo documenta, recibe el correo con la autorización y la inserta automáticamente en el sistema.

El portavoz de Silver Sanz también mencionó el uso de algoritmos de predicción de ventas, señalando que no es necesario tener conocimientos avanzados de programación para utilizarlos. «Solo necesitas a alguien con experiencia en los datos, que sepa leerlos, entregarlos al algoritmo, y luego evaluar los resultados», explicó.

ESADE: Los proyectos de IA no escalan

Xavier Busquets Carretero, Departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciencies, destacó que solo entre el 10 y el 15% de los proyectos logran escalar. «Tal vez esto sea el ‘hype’ del momento, porque lo demás ya lo teníamos», comentó, refiriéndose a que otras ramas de la inteligencia artificial ya estaban establecidas. Sin embargo, esto podría deberse a un problema de infraestructura, pero también de otros factores como los datos o los modelos de programación.

Otro desafío importante es el desequilibrio entre la fuerza de trabajo humana y la artificial. Cuando la inteligencia artificial actúa como agente digital y toma decisiones por sí misma, surgen nuevas dificultades. Además, el experto también opina que la IA generativa está transformando la manera en que se concibe el software. «Si pensamos en software como agentes que hacen cosas de manera autónoma, entonces hay que preguntarse cómo interactúan entre ellos, cómo se comunican, etc.», reflexionó.

Planteó una cuestión clave: «¿Cómo formamos programadores senior cuando los jóvenes salen de la universidad y dependen de herramientas como Copilot, que ya incorporan soluciones automatizadas?». Según explicó, si los nuevos desarrolladores confían ciegamente en lo que genera la inteligencia artificial, pueden perder la capacidad de análisis crítico.

Rhenus Logistics, autonomía de las máquinas

Pablo Giancarli, Global Executive, de Rhenus Executive, coincide en este punto: Si uno se acostumbra a depender de la tecnología y deja de escribir por sí mismo, pierde habilidades.

Se pierde la creatividad, se pierden capacidades. Yo creo que, aunque espero que no suceda, habrá tres tipos de personas frente a la inteligencia artificial. Los que la usarán para potenciar sus habilidades, los que se conformarán con hacer solo lo que les diga la IA, y los que simplemente la rechazarán por completo.

Para no caer en esto, especialmente en el caso de los programadores o quienes trabajan con el inglés, el directivo recomienda no dejar que la IA haga todo por ellos. “Yo, como profesional, necesito seguir aprendiendo, avanzando y desarrollando criterio propio. Si no lo hacemos, la tecnología nos superará y terminaremos perdiendo nuestra capacidad de pensar por nosotros mismos”.

Aquí difiere Javier Jiménez de Danone: Hoy en día, programar en lenguajes modernos parece fundamental, pero en unos años podría dejar de serlo. “Con el avance de la inteligencia artificial y las plataformas low-code o no-code, bastará con decirle a una aplicación lo que queremos y esta lo ejecutará sin necesidad de escribir código”, argumentó.

Los algoritmos han sido necesarios porque las máquinas no son inteligentes por sí mismas, pero si podemos explicarles directamente qué queremos, cuáles son los grupos y los roles, el proceso de programación se volverá innecesario. Será como explicárselo a una persona: una vez que lo entiende, ya no hace falta traducirlo en código.

Juan Francisco Sierra Sanz (Sorigué) y Albert Sierra (Cambra de Comerç de Barcelona)

Gestión de las expectativas en la Cambra de Comerç de Barcelona

Albert Serra, Direcció Tecnología i de Sistemes d’Informació de la Cambra de Comerç de Barcelona, considera que uno de los mayores retos de la inteligencia artificial es la gestión de las expectativas, y esto puede ser especialmente complicado para muchas empresas y profesionales.

“Si no nos involucramos activamente en este cambio de paradigma, tanto los directivos como los empleados corren el riesgo de quedarse atrás. El éxito en este proceso dependerá de la capacidad de las empresas para democratizar la IA e integrarla en su cultura organizativa”, argumentó Serra.

El reto es enorme, y no se trata solo de actualizar sistemas o redes de información dentro de las empresas. Es una cuestión de responsabilidad social: si no gestionamos bien la integración de la IA, tendremos un problema. Es fundamental que la tecnología se comprenda y se asimile en todos los niveles, desde los directivos hasta los empleados.

“Para afrontar este cambio, hemos establecido varias etapas. Primero, una fase de sensibilización obligatoria, seguida de una formación masiva, enfocada en herramientas como Copilot. No nos desviamos con otras tendencias, sino que apostamos por un enfoque práctico, con pilotos tangibles que ya están en marcha”, relató.

Aigües de Manresa, IA para la optimización del agua

En Aigües de Manresa, la inteligencia artificial ha empezado a jugar un papel clave en la gestión del agua, aunque, según Abel-Joel Agelet, Director TIC & Transformació Digital, «no siempre está claro hasta qué punto es realmente IA o simplemente automatización avanzada». La empresa abastece a 17 municipios y gestiona 60.000 contratos. Uno de sus retos principales es el control de calidad del agua, especialmente en un lago natural que funciona como depósito de reserva antes de la potabilización.

Mediante fotos satelitales, el sistema detecta la presencia de algas y otros componentes que, con la radiación solar, pueden alterar la calidad del agua. Con esta información, se ajusta automáticamente la dosificación de reactivos y cloro.

Sin embargo, uno de los mayores desafíos sigue siendo la detección de fugas en la red de tuberías, muchas de las cuales tienen entre 60 y 70 años y están hechas de materiales antiguos como fibrocemento.

Para hacer frente a este problema, han implementado un sistema de telelectura con contadores inteligentes que envían datos en tiempo real. Gracias a esto, «podemos sectorizar y analizar el consumo horario, detectando diferencias entre el agua que entra y la que realmente llega a los hogares».

Además, utilizan sensores acústicos que identifican el sonido del agua filtrándose por las tuberías. «El proveedor nos dice que estos dispositivos aprenden y mejoran la detección de fugas», sentenció Agelet.

Ajuntament del Prat de Llobregat, el valor de la IA

Desde el Ajuntament del Prat de Llobregat son conscientes de que la IA supone un retorno de valor evidente. En este sentido, su uso es prácticamente inevitable.

Xavier Alftafulla, Cap de Secció de Bon Gobern del consistorio, lo tienen claro: «Los usuarios la van a usar, no podemos oponernos». En lugar de bloquear el acceso a herramientas como OpenAI, han optado por adaptarse y formar a los empleados para garantizar un uso seguro y responsable.

Aunque su adopción aún es limitada, ya están surgiendo modelos de negocio basados en IA. Uno de los más destacados es la redacción de pliegos administrativos, un proceso complejo que debe cumplir requisitos legales estrictos y evitar vacíos que permitan ofertas no adecuadas.

«Dos empresas han mostrado interés en desarrollar soluciones para agilizar este procedimiento, y en las próximas semanas tendremos reuniones para explorar cómo la IA puede optimizar esta tarea», informó Altafulla.

Sorigue y el retorno de la inversión de los proyectos ti

Juan Francisco Sierra Sanz, Director de Sistemas de Información de Sorigué, destacó un aspecto clave: el retorno de inversión de los proyectos tecnológicos. “Hemos hablado del por qué y para qué, pero hay un punto fundamental: qué retorno tiene ese proyecto”, señaló.

Esta cuestión no se limita únicamente a la inteligencia artificial (IA), sino que aplica a cualquier tecnología que se implemente. “Si necesitamos infraestructura o cualquier otro recurso, cualquier inversión que hagamos debe tener un retorno”, explicó.

Desde su perspectiva, es esencial comprender el propósito de cada proyecto antes de avanzar en la inversión, especialmente cuando se trata de tecnologías como la IA generativa, que hoy en día está ampliamente disponible y accesible.

No obstante, también hizo hincapié en la importancia de la experimentación. “Hay un punto en el que hay que probar cosas y equivocarse para entender hasta dónde no nos equivocamos”, afirmó, sugiriendo que la prueba y el error forman parte del proceso de innovación.

La importancia de la Oficina de Proyectos

En último término, Carles Aguiló, director técnic de Sistemes d’Informació i Comunicacions de Grup Mutuam, compartió la opinión de sus compañeros contertulios. La gobernanza es un tema clave y si los directivos de las empresas no participan en las conversaciones, no podrán definir claramente sus necesidades.

A menudo, los directivos piden resultados inmediatos y miran al equipo de IT esperando que lidere los proyectos: “creo que esta responsabilidad debería recaer en los propios equipos de las distintas áreas, ya que conocen mejor el negocio que el área de IT”.

Según Aguiló, las oficinas de proyectos y las áreas de Planificación y Análisis (P&A) están siendo dejadas de lado. Propuso que se creen oficinas de proyectos con equipos multidisciplinares de diferentes áreas para impulsar los proyectos de inteligencia artificial y definir con precisión lo que la empresa realmente necesita.

En definitiva, aunque se habla mucho de IA, en realidad nadie tiene claro qué se quiere lograr. “Muchas veces se busca a un experto externo para identificar oportunidades, pero al final, el trabajo debe ser desarrollado internamente por equipos formados específicamente para ello.»

Infraestructura para la Inteligencia Artificial

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