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Vicent Bas, CTO de Better Care: “El paciente debe conocer qué modelos de IA se usan en su tratamiento”



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La aplicación de la inteligencia artificial tiene aspectos muy beneficiosos para la salud pero toca en la línea de flotación de la privacidad de los datos

Publicado el 6 nov 2024

Rufino Contreras

Redactor Jefe



Vicent Bas

Vicent Bas, CTO de Better Care, comenta que el despliegue de la IA en la salud toca aspectos críticos, centrados en la privacidad de los datos, la transparencia en su uso y la responsabilidad en la toma de decisiones. En cuanto a la privacidad, destaca la importancia de proteger los datos médicos con regulaciones como el GDPR y la HIPAA. La transparencia es esencial para que los pacientes comprendan el rol de la IA en sus diagnósticos, lo cual requiere formación de los profesionales para que puedan explicar el funcionamiento de estos modelos complejos.

¿Cuáles son los principales desafíos éticos que conlleva la implementación de la IA en la salud?

Los podemos centrar en tres cuestiones principales: la privacidad, la transparencia y la responsabilidad. En la primera, nos referimos a la cuestión de la protección de los datos médicos que viene constituyendo una prioridad durante los últimos tiempos con regulaciones de privacidad muy estrictas como el GDPR en Europa y la HIPAA en Estados Unidos y que está en el centro también de la puesta en marcha del Espacio Europeo de Datos Sanitarios.

Es necesario que se cuente con protocolos firmes que establezcan los límites de la responsabilidad de cada profesional que participa en el proceso de diagnóstico y que sean capaces de rectificar errores con la mayor velocidad y el menor coste posible

VICENT BAS, BETTER CARE

En cuanto a transparencia, es necesario que los pacientes conozcan con claridad como se están utilizando los modelos de IA en su diagnóstico y tratamiento, por lo que es necesario en primer lugar que los profesionales de la salud entiendan su funcionamiento y sepan comunicarlo. Y, sobre todo, que el paciente sea consciente en todo momento de que es el único propietario de los datos de salud y puede autorizar su uso.

Finalmente, hablamos de la responsabilidad en la toma de decisiones. Es decir, hasta qué punto es responsable la aplicación de la IA en la toma de una decisión médica.

La IA puede cambiar la dinámica de la relación médico-paciente. ¿Cómo percibe que la inteligencia artificial afecta esta relación tradicional?

En principio, no debería afectar negativamente esta dinámica y, al contrario de lo que se piensa, sí puede beneficiarla en el sentido de que los modelos basados en inteligencia artificial pueden liberar al profesional sanitario de tiempo en tareas susceptibles de ser automatizadas que puede destinar precisamente a profundizar en la relación con el paciente.

Debemos entender que la inteligencia artificial es en todo caso una herramienta pero, al final, en la relación médico-paciente hablamos de una dinámica entre personas donde intervienen otros factores como la empatía que son propios de las relaciones humanas.

¿Qué medidas considera necesarias para asegurar la transparencia en las decisiones tomadas por sistemas de IA en el contexto clínico?

Efectivamente la cuestión de la transparencia es fundamental y suele aparecer menos en el debate que otras como la privacidad y la responsabilidad. Creemos que es necesario que los profesionales sanitarios sepan explicar al paciente las decisiones médicas sobre su diagnóstico y tratamiento y en qué medida han podido contribuir en ellas los modelos basados en IA. No es una cuestión sencilla porque, en ocasiones, estamos hablando de modelos especialmente complejos. Por ello, entendemos que es necesario realizar un trabajo específico de formación para los profesionales sanitarios tanto a la hora de comprender estos modelos como de transmitirlos.

En caso de errores de diagnóstico derivados del uso de la IA, ¿cómo se determina la responsabilidad? ¿Qué papel juegan los profesionales de la salud en este proceso?

Esta es una cuestión especialmente controvertida y que viene generando un debate muy importante durante los últimos tiempos. Es cierto que la mayoría de estudios sobre el tema apunta a que la IA va a reducir de manera significativa el margen de error en los diagnósticos. Recientemente, un informe de Siemens Financial Services fijaba esa reducción en un 30% ya en 2025.

Pero es cierto que pese a que hay evidencias de que la aplicación de modelos de IA mejora la eficiencia, se van a seguir produciendo errores. Por ello, es necesario que se cuente con protocolos firmes que establezcan los límites de la responsabilidad de cada profesional que participa en el proceso de diagnóstico y que sean capaces de rectificar errores con la mayor velocidad y el menor coste posible.

No obstante, hablamos de sistemas de ayuda a la decisión por lo que es necesario situar al profesional sanitario en el centro del proceso como validador final de los tratamientos que se apliquen.

¿Cómo ve el futuro de la inteligencia artificial en la atención sanitaria? ¿Qué avances o innovaciones espera en los próximos años?

Creo que lo que se va a producir sobre todo es una profundización en aquellos ámbitos en los que ya se está aplicando como son el diagnóstico, la optimización del trabajo de los profesionales sanitarios y la telemedicina.

En primer término, los modelos de aprendizaje serán cada vez más precisos en la obtención de un diagnóstico a partir del análisis de datos médicos. Segundo, se profundizará en el beneficio que supone para los profesionales sanitarios contar con herramientas que sean capaces de gestionar y procesar los distintos dispositivos médicos y otros datos procedentes de un mismo paciente.

Por último, se irá cada vez mejorando la tecnología aplicada a la teleasistencia, permitiendo una atención y cuidado del paciente equivalente al de un ingreso hospitalario con el beneficio psicológico que supone y con la ventaja de cara a la sostenibilidad de los sistemas de salud.

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