Al comercio electrónico le ha crecido un nuevo vástago m-commerce. Si durante la década de los noventa se habló de la revolución que suponía la llegada del e-business, el año 2000 saludó la aparición de un nuevo hito el comercio electrónico a través de los servicios móviles.
Las previsiones del e-business a través de los dispositivos móviles llegan avaladas por el éxito que está suponiendo la penetración de la telefonía móvil, sobre todo en el Viejo Continente, cuyo siguiente paso serán los terminales móviles con acceso a Internet. Y de ahí al comercio electrónico móvil sólo resta un paso, el que se ha de dar con la ayuda de WAP en primer lugar, y posteriormente de la mano de GPRS, EDGE o UMTS. Por el momento, España, aunque no llega a los niveles de penetración del móvil de los países escandinavos (70 por ciento), dispone de 23 millones de usuarios de telefonía inalámbrica, lo que indica un buen potencial de cara a subir de escalón a través de la Internet móvil.
A nivel mundial, según IDC, en el año 2001 deberá de haber más de 30 millones de usuarios de dispositivos móviles con acceso a Internet en Europa occidental, mientras que tres años después las previsiones apuntan a que serán casi 35 los europeos que cuenten con estos equipos. Desde el punto de vista de cantidades de negocio, la citada consultora cifra en alrededor de 38.000 millones de dólares el negocio electrónico generado en este segmento de mercado en el año 2004.
En España, las previsiones de Telefónica Móviles apuntan que un año antes serán de 150.000 millones de pesetas. Una cifra nada desdeñable.
Pero hasta esa fecha, momento en que ya estarán presente los servicios de telefonía de tercera generación (UMTS/Universal Mobile Telecommunication System), todavía queda un largo trecho por recorrer.
La tecnología WAP (Wireless Applications Protocol) ha supuesto un terremoto para la industria del móvil y, por el momento, ha servido de motor para que muchas compañías adapten sus modelos de negocio al concepto del m-commerce. Es más, la influencia de WAP en el diseño de los terminales también ha comenzado a hacerse notar desde una más fácil navegación a través del teclado hasta una ampliación en la pantalla de los dispositivos.
Pero WAP pasará a ser historia en apenas unos meses. Su sucesor en el camino hacia UMTS responde también a un buen puñado de siglas, GPRS (General Packet Radio System). Esta tecnología, de la que Telefónica Móviles ya ha completado con éxito sus pruebas piloto, permitirá una velocidad teórica de hasta 144 Kbps.
GPRS se constituirá en la piedra angular en la andadura hacia UMTS (de hecho se la conoce como la generación del 2,5) debido a su excelente rendimiento en la transmisión de datos. Su problema para que comience a popularizarse entre la población será el mismo que el de predecesora, WAP en un principio la disponibilidad de terminales, y posteriormente su precio.
El potencial de GPRS radica en que podrá coexistir con UMTS durante un tiempo. De hecho, Telefónica la utilizará para prestar servicios móviles de Internet en aquellas zonas, principalmente rurales, en las que por distintas razones el despliegue de la tecnología de tercera generación se realice de forma más lenta.
El siguiente escalón lo constituirá EDGE, una tecnología ya considerada de tercera generación que alcanza los 384 Kbps pero que en España podría pasar desapercibida. La llegada de UMTS, prevista en principio para el próximo verano, podría no hacer rentable su implantación y Telefónica ya ha advertido que no tiene pensado llevar a cabo su despliegue. La única razón que impulsaría su instalación sería que las futuras aplicaciones acapararan el espectro disponible de UMTS, porque con EDGE no es necesario adquirir nuevo espectro ya que funciona sobre las bandas de GSM. Otras grandes desventajas radicarían en que aún no se ha podio probar y, sobre todo, en su alto coste ya que implicaría la instalación de nuevas antenas y, por supuesto, nuevos terminales.
Pero, sin duda, la tecnología que vendría a capitalizar la explosión del comercio electrónico móvil ha de ser UMTS, considerada por los expertos como la panacea de los nuevos servicios inalámbricos. Su llegada, que también dependerá de la disponibilidad de terminales, está atada a la superación de tres grandes retos el despliegue de una nueva red, la prestación de servicios innovadores y unos terminales completamente nuevos. Los dispositivos jugarán un papel tan fundamental que seguramente los nuevos servicios dependerán de las características del propio terminal. Sus ventajas, de forma breve, pasan por el acceso a Internet en todo momento al estar el usuario permanentemente en conexión, un amplio ramillete de servicios (desde audio y vídeo por Internet a juegos en red, etc.) personalizados, y una velocidad de transmisión de hasta dos Mbps.
En resumen, de cara al comercio electrónico, la apuesta es clara mientras que el parque de ordenadores en España es inferior a la media europea, la penetración del móvil alcanza unas cuotas más que aceptables. Y esa es la ventaja de la Unión Europea en las nuevas tecnologías frente a mercados como el estadounidense o el asiático la alta difusión de la telefonía móvil. Ahora, sólo resta saber aprovecharla.