El año 2009 ha sido duro para todos, incluida Toshiba. Así lo reconoció ayer el director general de Toshiba para España y Portugal, Alberto Ruano, durante la tradicional comida con los medios de comunicación que la compañía celebra con motivo de la Navidad.
No obstante, la compañía mantiene el optimismo y se ratifica en sus previsiones de cerrar el ejercicio fiscal en curso con una facturación similar a la del ejercicio previo, es decir, en torno a los 370 millones.
En lo que se refiere específicamente al negocio de portátiles, uno de los núcleos de la actividad de la compañía, Toshiba ha incrementado de hecho el número de unidades vendidas, pero esa progresión no ha tenido un reflejo en sus ingresos. Ruano indicó que “gracias a la educación y la sanidad públicas hemos hecho un 2009 francamente bueno en crecimiento en unidades, si bien no se ha traducido en la facturación” ya que “el precio medio cada vez cae más”.
De cara a 2010, Toshiba apuesta por el optimismo y su objetivo pasa por “crecer en unidades y no descrecer en facturación”, indicó Ruano; de modo que las previsiones contemplan cerrar el ejercicio con una facturación de 370 millones de euros, es decir, igual a la del ejercicio fiscal anterior.
En ese sentido, el directivo confía en que “en 2010 se replanteen los grandes proyectos”, de modo que la compañía pueda “seguir siendo un referente en el negocio de portátiles y retail -con una cuota del 10 por ciento- manteniendo la calidad y el respecto medioambiental como señas de identidad”.