Las tecnologías inalámbricas están ganando popularidad rápidamente en el mundo de la empresa, y cada vez son más las organizaciones que se decantan por estas tecnologías para dotar de conectividad a sus usuarios, logrando con ellas tres objetivos de negocio: dotarse de comunicaciones seguras, ganar agilidad en el mercado y mejorar la productividad.
Las soluciones de redes inalámbricas están ganando popularidad a un ritmo veloz, especialmente en los últimos dos años. Gracias al aumento de la capacidad de la tecnología inalámbrica, estas soluciones no sólo permiten acceder de forma móvil e inmediata a la información crítica de la empresa, como los datos de ventas y de inventario, sino que también proporciona acceso a servicios de correo electrónico y otros servicios de información como acceso Internet. Los usuarios van a demandar cada vez más un acceso móvil y de disponibilidad inmediata, en cualquier momento y en cualquier lugar.
Este interés por las soluciones inalámbricas, sobre todo las basadas en estándar WIFI, obedece fundamentalmente a que los directivos de las compañías se han dado cuenta del valor que estas soluciones pueden aportar al negocio, aportando tres elementos fundamentales: seguridad, productividad y agilidad.
Hoy en día la seguridad ha dejado de ser una opción y se ha convertido en un prerrequisito, es decir un elemento que ni siquiera se plantea su necesidad. Se da por hecho que cualquier red o sistema de información debe ser seguro.
Las redes inalámbricas pueden ofrecer en la actualidad unos niveles de seguridad similares a los que ofrece una red de cableado, si se incorporan elementos que permiten dar seguridad global a la red. La red inalámbrica, con encriptación de 128 bits ofrece ya un estándar de seguridad elevado. Pero se debe aumentar con la incorporación de nuevas tecnologías: IDS, VPN, Redes Personalizadas, routing de seguridad, etc.
La seguridad para redes debe estar dividida por niveles para hacer frente a una posible pérdida, y será necesario mantener la coordinación de esos niveles mediante una gestión activa. Las personas que trabajan en las redes deben ser autentificadas y controladas. La información debe ser salvaguardada mediante encriptación. Las intrusiones deben ser detectadas y neutralizadas. Tecnologías como la autenticación basada en RADIUS, Redes Privadas Virtuales (VPNs) que encapsulan y encriptan el tráfico de información, y software de detección de intrusiones (IDS) para la red, son un comienzo excelente para hacerlo.
Las redes personalizadas para usuarios serán un punto de partida extraordinario frente al modelo o paradigma tradicional de agrupar a los usuarios por grupos de trabajo o incluso por redes LAN virtuales. Sin embargo, la naturaleza geográficamente dinámica de las redes LAN requiere cambiar a unas redes centradas en el usuario, es decir, en las personas. Los servicios especificados deben seguir y adaptarse a las características del usuario, tanto si se trata de la Calidad del Servicio, aprovisionamiento de ancho de banda, restricciones al acceso, un requisito de encriptación específico, o cualquier otra cosa que pudiera demandar el director de la red. En última instancia, esta forma de enfocar la disponibilidad de los servicios, centrada en las personas, combinada con la movilidad de la comunicación inalámbrica, permitirá hacer realidad la oficina móvil del futuro. En cualquier momento. En cualquier lugar.
Por otro lado, el ritmo de los negocios aumenta continuamente, y el área geográfica de la actividad se expande de manera inevitable, en entornos cada vez más distribuidos. La competencia no cesa, ni tampoco el coste potencial de posibles infracciones a la seguridad. Así, la red (que es el medio de transferencia de esta información) resulta cada vez más valiosa. Sencillamente, ningún fallo será permisible cuando se trata de suministrar información segura a través de una red alámbrica o inalámbrica.
Las redes inalámbricas están generando de forma consistente una mayor productividad y eficiencia. ¿cómo proporcionan estas soluciones esa productividad? Haciendo que cada empleado tenga los mismos servicios y las mismas prestaciones de acceso a los sistemas corporativos que tiene desde su puesto de trabajo, sin importar donde se encuentre. Los fabricantes y los usuarios deben colaborar para ofrecer tres elementos críticos con el fin de crear la oficina móvil del futuro.
En cuanto a la agilidad y la capacidad de reacción, las posibilidades que ofrecen estas tecnologías a las empresas son enormes. Esta mayor capacidad de reacción significa adaptarse más rápidamente a las demandas de mercado y a las necesidades de los clientes, lo que a largo plazo significa éxito en el mercado.
En la actualidad y en determinados entornos, la conectividad inalámbrica se está convirtiendo ya en “commodity”, un servicio básico que cualquier empresa del sector necesita ofrecer a sus clientes. Tal es el caso de hoteles especializados en clientela de negocio. Ya no es suficiente ofrecer un punto de red al ejecutivo desde su habitación. Ahora se exige que cualquier huésped pueda conectarse a su red corporativa desde el hall o la cafetería, o desde cualquier pasillo del hotel. Esto sólo es posible gracias a la tecnología inalámbrica.
Poco a poco otros entornos están sumándose a este club, como campus universitarios, centros sanitarios, centros de negocio, etc. Otras iniciativas en diferentes ciudades españolas indican que el progreso del “wireless” es imparable.
Carlos Delso, director general Enterasys Networks.