Antonio Cimorra. Director de Tecnologías de la Información de AETIC
En una época marcada por la búsqueda de iniciativas para resolver la situación que viven gran parte de los sectores empresariales de nuestro país, hablar de perspectivas y tendencias, incluso a corto plazo, resulta ciertamente complejo. Si algo caracteriza este momento, es precisamente la inmediatez con la que vienen sucediéndose las previsiones de futuro y su corrección, generalmente a la baja, por los datos reales.
El sector de las Tecnologías de la Información, no es ajeno a esta situación. Si atendemos a los muchos informes o indicadores que desde fuentes diversas se ha han venido realizando en estos últimos meses, la imagen que se presenta actualmente no parece muy alentadora. La mayoría de los resultados nos hablan de descensos de la facturación, especialmente en lo que se refiere a la comercialización de productos, frente a la de servicios cuyo comportamiento, aunque también de signo negativo, viene siendo algo más moderado. Disminuciones de la inversión por parte de las empresas y Administraciones Públicaso, en el mejor de los casos, mantenimiento del grado de utilización por parte de usuarios profesionales y particulares.
Si hace un año, a estas mismas fechas, podíamos decir que el sector español de las tecnologías de la información mostraba todavía un comportamiento positivo en un contexto económico claramente adverso, a lo largo de 2009 esta situación ha ido cambiando, como evidencian los datos publicados por AETIC a mediados del citado ejercicio que mostraban un giro en la tendencia al alza que se había venido registrando en los seis años anteriores.
Mirando hacia adelante, los principales analistas nacionales e internacionales auguran para 2010 la vuelta a la senda de los crecimientos en el sector español de TI, aún siendo con tasas moderadamente positivas lo cual, en cualquier caso, contrasta con la disminución de presupuestos de inversión en tecnologías, en algunas ocasiones de un enorme calado, aprobada en gran parte de las corporaciones empresariales y, muy especialmente, en los presupuestos generales del estado.
Las Tecnologías de la Información deben ser un instrumento de referencia para revertir la crisis global en la que nos vemos inmersos y junto a la innovación, la clave sobre la que conseguir el cambio de modelo económico pretendido en nuestro país.
Hoy en día, el desarrollo y la implantación de los servicios y aplicaciones relacionados con el sector TI son una realidad presente en todos los ámbitos sociales; desde hogares, comercios o colegios, hasta los más sofisticados laboratorios de investigación científica de cualquier industria o universidad. Pero cuando se mencionan estos términos se está hablando también de su capacidad de aumento de la competitividad y la productividad, siendo su máxima extensión uno de los motores, posiblemente el principal, del futuro desarrollo económico, científico y social de nuestro país.
Las Tecnologías de la Información constituyen una herramienta empresarial de enorme potencial dinamizador gracias a su capacidad de optimizar los modelos y procesos de negocio sobre los que apoyan su actividad. En la actualidad ya nadie discute el hecho de que las tecnologías de la información favorecen, como ningún otro factor externo, el incremento de la productividad en las empresas y nuestro futuro pasa sin remedio por un continuo progreso de la Sociedad de la Información y una implementación racional y sostenible de todos los medios necesarios para crear un porvenir y una evolución hacia lo digital en todos los aspectos.
