Se avanza en el modelo de madurez del software

CMMI adquiere cada vez más adeptos.

Publicado el 15 Abr 2004

En los últimos dos años, la calidad asociada a los procesos de software se está convirtiendo en un elemento estratégico para las grandes organizaciones, ya que repercute de forma directa en la competitividad de las empresas.

Esto responde a diversos motivos conceptuales, como que “el software está inmerso con mayor intensidad en los productos y servicios que producimos, como puede ser un teléfono móvil o cualquier tarjeta bancaria”, además de “representar un elemento clave en la innovación y una actividad esencialmente artesanal, con una elevada dependencia de las personas”.

Así lo explicaba Manuel Prego, director general del Instituto Europeo de Software (ESI), durante la inauguración de una Jornada sobre CMM celebrada recientemente en Madrid. CMM (Capability Maturity Model) consiste en un modelo empleado durante más de doce años para determinar la madurez de los procesos de software en la industria. Entre otras funciones, el ESI -asociación sin ánimo de lucro fundada en 1993 por la Comisión Europea con sede en Zamudio (Vizcaya)- promueve su adopción, que ahora se encuentra en la fase CMMI (Integration), integrándose así con el retos de aplicaciones y procesos en las empresas.

Cuantitativamente, en España se ha pasado de una situación de desconocimiento desde el año 2000, “donde las siglas SPI, CMM o SPICE se conocían tan sólo en departamentos universitarios”, hasta el pasado ejercicio, “en el que cada vez más organizaciones están inmersas en procesos de implementación de estos modelos de calidad, e incluso han alcanzado certificaciones internacionales”, continúa el responsable del ESI.

Así, hasta diciembre de 2003 se habían realizado en España un total de trece evaluaciones CMM/CMMI, obteniéndose niveles de madurez 2, 3 y 5. “Esto significa que por fin España ha salido del grupo de los inferiores a diez”, fórmula con la que el Software Engineering Institute (SEI) denomina a los países menos avanzados en estos procesos de calidad.

De este total, ESI ha realizado siete evaluaciones a través de empresas acreditadas (hay 16.000 profesionales formados en CMMI a escala global). España se sitúa en el puesto sexto de los 15 de la Unión, por detrás de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Holanda. Para este año, el organismo ya tiene previsto realizar otras diez evaluaciones.

De cara al futuro, “el reto principal pasa por extender los modelos de calidad de estos procesos a las pymes, colectivo que es mayoría en el país en el segmento software”, sentencia Prego. Para ello, “hay que superar los problemas de tiempo y coste de los actuales procesos de evaluación”. Este año probablemente se alcance la cifra de 28 empresas españolas certificadas.

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Redacción Computing

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