PCs de vértigo

Los sistemas cliente son cada vez más potentes, abriendo la polémica sobre si el incremento de las capacidades se corresponden con las necesidades de los usuarios. Meta Group analiza la problemática que se plantea en relación con los ciclos de vida.

Publicado el 16 Ene 2002

La firma analista espera que las organizaciones de usuarios respondan al actual período económico alargando los ciclos de vida de los ordenadores de sobremesa así como de los portátiles más allá de los tres años, tratando así de hacer frente a la desventaja a corto plazo de no poder seguir el constante ascenso del incremento de la potencia en sus equipos.

La práctica más habitual hasta la fecha era considerar que el período de amortización de los equipos se cumplía pasados los tres años aproximadamente; si embargo existen muchas compañías que lo prolongan hasta cuatro o incluso cinco años. De hecho, durante 2001 y 2002 y como respuesta a los recortes en los presupuestos, muchas organizaciones han alargado los ciclos de vida de sus equipos con un año más, lo que ha retrasado las actualizaciones de Windows 98 a Windows 2000 o XP. Además, las compañías harán una distinción entre los ciclos de vida de los sistemas ya adquiridos y los de futuras compras.

Una de las preguntas que debe hacerse una empresa es cuántos de los empleados de una organización aprovecharán las capacidades de un PC actualizado, incluyendo el sistema operativo y las nuevas versiones de aplicaciones. En este sentido, para que una organización determine en cuántos años se sitúan las amortizaciones de sus equipos, hoy en día es preciso, según apunta Meta Group, fragmentar la base de usuarios en el seno corporativo. Si embargo, cuanto menos se parezcan entre sí los componentes del parque informático de una empresa, más caro y complejo será su soporte.
El mercado de PCs ya no goza de la buena salud que disfrutara en la década de los 90; prueba de ello son los últimos datos de venta de PCs en nuestro país, desvelados por IDC. En estos resultados, correspondientes al tercer trimestre de 2001, sobresalía cómo la venta de equipos había retrocedido hasta un 18,9 por ciento, teniendo a Dell en su tercer puesto como la única compañía con un crecimiento positivo.

Con motivo de esta caída del mercado de PCs se ha reavivado el debate entorno a la necesidad de incrementar o no la potencia de los sistemas cliente. Sin ir más lejos, Microsoft, con su reciente Windows XP y con Windows 2000 Professional ya ha implementado algunas prestaciones que requieren de estos incrementos de capacidad. Al respecto, un amplio sector de la industria asegura que nunca se dispone de la potencia suficiente de procesamiento, mientras que otros apuntan que la potencia de los equipos supera con mucho las necesidades reales de los usuarios. Además, toda la polémica se encuadra dentro de la frenética carrera hacia el Terahertzio por parte de las principales fabricantes de procesadores hasta el punto de que desde la consultora independiente Meta Group se esperan máquinas a 10GHz o, incluso, ciclos de reloj superiores, más para el año 2005.

La firma analista indica que, dentro del segmento doméstico, son los juegos y las prestaciones de ocio y divertimento las que están tirando del carro de la potencia, demandando procesadores superiores; por su parte, en el segmento corporativo, Meta Group considera que van a ir apareciendo una gran diversidad de nuevos usos entre los próximos dos y seis años que requerirán de mayor capacidad de procesamiento. No existirá ninguna aplicación killer que por si sola demande los 3, 5 o 10 GHZ, pero sí la suma de diferente software y distintos componentes.
Uno de los principales objetivos a los que se enfrenta a largo plazo el usuario final, tanto en el ámbito doméstico como en el corporativos, es el de la colaboración. El incremento de la colaboración, resultado de la combinación de la comunicación y la informática, es un elemento clave para entender el aumento de la potencia de los sistemas cliente.

Meta Group indica que entre los años 2002 y 2006 las grandes multinacionales van a apostar muy fuertemente por los componentes de colaboración embebidos en sus aplicaciones de negocio, lo que sin duda terminará por acortar el ciclo de ventas de éstas, incrementadas las transacciones y mejorada la rentención tanto de los clientes como de los partners. Esta colaboración trae inevitablemente consigo que el sistema incluya tecnologías de gestión del correo electrónico, mayor capacidad para manera flujos de información, del tipo XML (eXtensible Markup Language), asociados al cotenido y a las interacciones. una encriptación mejorada y otras prestaciones de seguridad residentes en el cliente.

Paralelamente, la colaboración extenderá la inclusión del streaming de audio, voz y, para el 2004, de vídeo, impulsado en gran medida por las estrategias formativas y de comunicación de las empresas. Esta misma colaboración va a empujar aún más la interacción en tiempo real y el intercambio de información, con una clara tendencia hacia las interconexiones peer-to-peer.

Los usuarios se beneficiarán de unas capacidades de la gestión de la información optimizadas, para así poder afrontar la llegada de información en sus puestos cliente desde el correo electrónico, la mensajería instantánea, el correo de voz, las páginas web, etc.

Por otro lado, los usuarios corporativos verán correr parejo el incremento de su productividad con la reducción de costes, gracias a esa colaboración y a las mejoras introducidas en sus PCs. No obstante, habrá como mínimo dos tipos de sistemas bien diferenciados, uno de gama alta y otro medio.

En este mismo sentido, asistimos al mundo denominado always on, que implica estar conectado a la Red 24×7, incluyendo la tecnología inalámbrica con tiempos de respuesta aún más cortos, así como mayor seguridad y disponibilidad. Así, se producirá el reemplazo de los equipos y prestaciones analógicas por las digitales y el aumento de los esfuerzos por parte de la organizaciones globales por derribar las barreras culturales e idiomáticas.

Todos estos puntos, unidos la cada vez más habitual descentralización de los empleados con el teletrabajo y, por este mismo motivo, la necesidad de reducir la complejidad de la informática para un mayor aprovechamiento de los sistemas, desembocan en mayor demanda de potencia de procesamiento.

Sin embargo, el mayor y más obvio factor que impulsa la necesidad de mayores capacidades de procesamiento es la abundancia de aplicaciones cada vez más complejas; así, las herramientas de visualización y los sistemas de formación y capacidad de adaptación contextual -más utilizados por desarrolladores que por usuarios finales- requieren de una gran capacidad.

En cuanto a las tareas de administración y mantenimiento de los sistemas cliente, éstas también precisarán más potencia, incluyendo la eliminación de los cuellos de botella y la sincronización de la información entre distintos dispositivos tomando el PC como el concentrador central.

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Redacción Computing

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