El año pasado hablaba en este mismo espacio de las posibilidades que abría XML para el desarrollo de la tercera generación de Internet y comentaba entonces cómo XML, a partir de una serie de estándares y lenguajes abiertos, permitiría el nacimiento de una nueva generación de Internet más personal y programable.
A lo largo de 2000 se han concretado inversiones y estrategias encaminadas a conseguir que la relación entre el usuario y la web -hasta ahora escasamente interactiva, limitada a la consulta de información estática y con web sites que no pueden compartir información entre ellos ni con los distintos tipos de dispositivos de acceso- dé paso a una nueva generación de Internet que ayude a superar las limitaciones anteriores. Sobre la base de XML, se prevé un futuro ya cercano en el que se ofrecerán servicios que permitan que unas páginas web se comuniquen e intercambien información con otras. De esta forma, aplicaciones, servicios y dispositivos (teléfonos, agendas electrónicas, PCs…) colaborarán entre ellos independientemente del sistema operativo con el trabajen. Por lo que respecta a las empresas, esta situación permitirá que todas las transacciones de negocios se realicen íntegramente de forma digital y no una pequeña parte de ellas, como sucede hoy en día.
Durante 2000 se han dado dos pasos fundamentales en el desarrollo de esta nueva generación de Internet en primer lugar, se han anunciado algunas iniciativas de estandarización que han creado un entorno de confianza para que los programadores puedan construir servicios alrededor de XML; en segundo lugar, se han anunciando herramientas que permitirán a la comunidad de desarrolladores construir la próxima generación de Internet.
En relación con la estandarización, cabe destacar dos iniciativas que han tenido lugar a lo largo de 2000. La primera es SOAP, protocolo estándar de intercambio de información en entornos distribuidos basado en XML, que permite la comunicación entre aplicaciones y servicios web, y que lo hace independientemente de la plataforma tanto sobre la que se hayan desarrollado como sobre la que se ejecuten. Por otro lado, la segunda iniciativa relacionada con la estandarización es UDDI, un directorio que permitirá a las compañías publicar, en un Registro Universal, información sobre los Servicios Web que ofrecen.
En cuanto a las herramientas, existen ya modelos como .NET Framework, que permiten un cambio del modelo de programación desde el desarrollo de aplicaciones que corren en plataformas propietarias a un modelo orientado a la construcción de servicios, basados en estándares abiertos, que se puedan generar en cualquier lenguaje y que son capaces de operar entre sí independientemente de la plataforma. El nuevo modelo de desarrollo protege, a su vez, las inversiones ya realizadas, de forma que el código ya escrito, en cualquier lenguaje, es reutilizable para la generación de los servicios web.
El éxito de las iniciativas de estandarización y la disponibilidad de un marco de desarrollo que facilita la construcción de nuevos servicios acelerarán el desarrollo de la tercera generación de Internet y harán realidad la posibilidad de que, como decía antes, las aplicaciones, los servicios y los dispositivos (teléfonos, agendas electrónicas, PCs…) colaboren entre ellos, independientemente del sistema operativo con el que se trabaje.
Esta aproximación de Microsoft sobre lo que ha de ser la próxima generación de Internet y sobre el tipo de servicios que se pueden generar se apoya, además, en un modelo basado en la inteligencia de los dispositivos de acceso. Este concepto se enfrenta a otras propuestas que apuestan por terminales tontos, sin capacidad de proceso, que eliminan la capacidad del usuario de trabajar off line, y que limitan enormemente la posibilidad de ejecutar vídeo en el dispositivo cliente o de incorporar tecnologías de reconocimiento de voz. Este modelo supondría también dificultades adicionales para trabajar con una amplia variedad de dispositivos, pues los servidores utilizarían protocolos de presentación adaptados al tamaño de pantalla y al tipo de teclado del dispositivo de acceso que se hubiera predefinido.
Por el contrario, un modelo basado en dispositivos inteligentes permite al usuario trabajar tanto de forma off line como on line, disfrutar de todas las funcionalidades que ofrece una capacidad de proceso distribuida, optimizar la gestión del ancho de banda disponible y tener posibilidades de acceso desde múltiples dispositivos. Esta propuesta supone ampliar la capacidad de empresas y usuarios en cuanto a acceder y procesar la información en cualquier momento, desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo.
La nueva revolución tecnológica abrirá enormes posibilidades para que las empresas incorporen las TI como herramienta competitiva. Un buen ejemplo son las posibilidades que se abren para el desarrollo del comercio electrónico. A partir de tecnologías desarrolladas sobre XML, se podrán adaptar los sistemas de información a la lógica de la gestión empresarial, simplificando las transacciones entre las empresas y y con sus clientes. Además, éstas podrán personalizar sus ofertas de productos y servicios de acuerdo con el perfil de cada usuario.
Más allá de su impacto sobre las empresas, XML ayudará a las administraciones públicas a integrar y adaptar fácilmente su infraestructura actual de aplicaciones y soluciones de cara a ofrecer nuevos servicios de e-government a los ciudadanos. Entre ellos se incluirán portales que no respondan a la organización en ministerios de la propia administración, sino que atiendan a las áreas de interés para el ciudadano -mis impuestos, mi casa, mi salud-. Además, la tercera generación de Internet alentará el desarrollo, en el ámbito local, de comunidades digitales que acerquen la administración al ciudadano. A través de estas tecnologías, los ayuntamientos podrán ofrecer nuevos servicios que faciliten la participación ciudadana en la toma de decisiones relacionadas con asuntos tales como la planificación urbanística o la renovación de los servicios públicos.
Aunque hablemos de la tercera generación de Internet en tiempo futuro, justo sería matizar que, en lo que a algunos desarrollos se refiere, podemos usar ya el verbo en presente. En efecto, la industria de las TI ha mostrado ya algunos frutos de su intenso trabajo en investigación y desarrollo y este año hemos asistido a anuncios, lanzamientos y noticias en general que nos permiten constatar que los cambios previstos son inminentes. Junto con nuevos dispositivos de acceso y uso de la información desde cualquier lugar y en cualquier momento, han visto la luz nuevas estrategias que determinarán el desarrollo del software para esta tercera generación, como es el caso de Microsoft .NET, al tiempo que se han producido importantes novedades en la oferta de servicios vía web y la tecnología WAP nos ha permitido vislumbrar algunos de los usos de Internet móvil que con UMTS alcanzarán toda su dimensión. Las empresas han empezado a volcar sus negocios en la red porque gran parte de los recursos tecnológicos para dar ese giro estratégico están ya disponibles y tan solo falta comunicarlos en algunos casos, facilitar la transición desde los modelos de negocio anteriores en otros y, en general, transmitir conocimiento y confianza a las empresas para que el miedo al vacío no suponga un freno a su inversión ni a sus planes de futuro.
En definitiva, la misión de los fabricantes es seguir trabajando en hacer realidad todas esas nuevas soluciones y en detectar nuevas oportunidades, mientras que la de las empresas es estar atentas a los cambios, ser receptivas a la tecnología como generador de beneficios y, en definitiva, ser conscientes de que hablamos de algo trascendental para el futuro de su negocio, de sus clientes y de la economía y la sociedad en general.
