Modernización de aplicaciones, espacio para la mejora a la búsqueda de un ROI rápido

El mercado de modernización de aplicaciones vive un momento dulce, si bien el actual escenario económico ha impreso nuevas demandas. A día de hoy, se exigen retornos de la inversión a más corto plazo y, por otro lado, el foco se traslada a las fases de toma de requerimientos y pruebas, sin olvidar el paradigma SOA.

Publicado el 16 Jul 2009

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La modernización u optimización de aplicaciones es una práctica que viene siendo de uso común en la mayoría de las organizaciones y en la actualidad se mantiene en las primeras plazas del portafolio de proyectos TI de las empresas. No obstante, el complicado escenario económico ha tenido un impacto directo en este tipo de iniciativas, a las que ahora se las demanda retornos de la inversión más rápidos, si bien siempre en el marco de una estrategia a largo plazo. Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de una tertulia organizada por COMPUTING con la colaboración de la empresa Micro Focus y la participación de organizaciones con probada experiencia en proyectos de modernización.

El encuentro lo abría el presidente internacional de Micro Focus para EMEA, India y Latinoamérica, Jorge Dinarés, que tras incidir en el potencial de la modernización a la hora de sacar el máximo partido a los activos existentes, puso el acento en la necesidad de reducir los tiempos del ROI. “En la situación actual”, señala Dinarés, “es complicado justificar una inversión con un retorno a tres o cinco años y es necesario tener retornos de la inversión a más corto plazo en línea con la primera prioridad de los CIOs, es decir, la reducción de costes y la optimización de los activos”.
El informe ‘IT Spending 2009’ realizado por Penteo ICT Analyst en España, Francia y el Reino Unido, confirma esta realidad y sorprende, por otro lado, al revelar que “en estos tres países las organizaciones planean aumentar una media del 24 por ciento sus presupuestos para el mantenimiento de aplicaciones legacy”, subraya José María López, analysis manager de Penteo ICT Analyst. De acuerdo con López, “existen muchas organizaciones, curiosamente muy maduras, donde hay grandes problemas que resolver como ausencia del código de ciertas aplicaciones, personal difícilmente reciclable, sin olvidar el impacto de una cantidad importante de recursos dedicados a la resolución de problemas”.
A estas dificultades, que la consultora aprecia no sólo en entornos legagy tipo host o PL1, sino también en sistemas abiertos de desarrollo posterior que empiezan a dar problemas como consecuencia de las reorganizaciones en curso, se suma el impacto de la crisis que, como se constata desde Penteo, ha llevado a “la aplicación por parte de las compañías de una política de paralización de iniciativas en las que el ROI no es muy rápido, limitando las inversiones a proyectos con un retorno más rápido”.
Consciente de esta realidad se muestra Fernando Gómez, responsable del Área de Informática de Metro de Madrid. Tras desarrollar hace más de 10 años un ambicioso proyecto de modernización que condujo al abandono de sus antiguas aplicaciones Cobol saltando desde un entorno host a sistemas abiertos basados en Oracle con aplicaciones desarrolladas en Java, la empresa de transporte público suburbano trabaja actualmente en el área de la optimización y ciertamente, reconoce Gómez, “hay que balancear mucho la inversión y el retorno a obtener porque no es el momento de modernizar por modernizar, sino de optimizar para rentabilizar lo más posible”.
En este escenario, Gómez llama la atención, en primer lugar, sobre el paradigma SOA en tanto que “va a permitir la reutilización de los servicios facilitando la rentabilización del desarrollo”; y, por otro lado, sobre lo que califica de “grandes balones de mejora en la fase de desarrollo”. Se refiere así al “establecimiento de controles metodológicos que garanticen el buen desarrollo de las distintas fases del proyecto, la implantación de pruebas y, por último, en la fase de mantenimiento, la utilización de herramientas tipo ITIL”.
En una situación similar se encuentra la compañía de transporte y almacenamiento de productos petrolíferos CLH que, hace más de una década, tomó la decisión de abandonar el host y pasar a entornos abiertos cliente/servidor que, más recientemente, han evolucionado a entornos web. El objetivo prioritario de dicha iniciativa consistía en alinear el negocio y las TIC: “queríamos que todo fuera uno y que estuviese integrado con nuestro modelo, no sólo de negocio, sino de operación”, indica el subdirector de Gestión de Aplicaciones de CLH, José Valdelvira. CLH perseguía con esa transformación dos grandes metas: “calidad en el desarrollo, puesto que no hay ahorro si la calidad del software es mala y siempre estás atendiendo incidencias en la operación; y simplificación, conseguida a través de un estándar de homologación y un modelo de datos integrado basado en la BBDD Oracle”. En la actualidad, CLH se prepara para el salto a SOA y “todo lo nuevo lo estamos desarrollando con Java”, indica Valdelvira, convencido de que “la reducción de costes viene por la optimización de recursos”.
La simplificación también constituye, junto con la homogeneización, la prioridad de Repsol que, por razones históricas, cuenta con un mapa de sistemas complejo y heterogéneo. Así y como explica Juan Eugenio Trillo, jefe de Arquitectura, Aplicaciones y Desarrollo de la Dirección de Sistemas de Información de Repsol, “hemos apostado por simplificar y homogeneizar de modo que los sistemas que tengamos sean más flexibles, ágiles y homogéneos, y que nos permitan acompañar al negocio en su evolución e introducir mejoras en los procesos”. Con esas miras, la empresa energética trabaja a día de hoy en la actualización de sistemas obsoletos y la optimización de SAP. “Estamos migrando los sistemas que tenemos en el host a otras tecnologías y actualmente, salvo algunas áreas del host, nuestro mapa está actualizado, pero nos queda un siguiente paso de actualización funcional, en buena medida alrededor de SAP”, señala Trillo, que pone el acento en la importancia de “hacer una simplificación del mapa de aplicaciones tanto funcionalmente como tecnológicamente, evitando una variedad que a todas luces conduce a una complejidad en la administración de interfaces”.
En ese contexto y, hablando específicamente de desarrollo, la clave radica, según Trillo, en una disciplina férrea: “a la hora de desarrollar hay que estructurar, separar bien las capas y adoptar una orientación a servicios de manera que sea fácil de mantener y adaptar al negocio, permitiendo al tiempo aprovechar nuevas tecnologías como la virtualización o el cloud computing”.
La modernización y optimización no son, evidentemente, prácticas exclusivas del sector privado, la Administración Pública tiene, y mucho, que decir al respecto. En este sentido, el subdirector de Sistemas de la Comisión Nacional de la Energía, Enrique Martín, entiende que el avance del sector público ha estado impulsado por tres grandes directrices: “la Ley de Creación de Registros Electrónicos, la Ley de Facturación Electrónica y la Ley 11/2007”. Al calor de estas normativas, la Administración Pública inició hace años una transformación en la que todavía hoy se encuentra inmersa y que tiene el objetivo prioritario de “dar un nivel de servicio homogéneo con independencia de la heterogeneidad de entornos existentes”, afirma Enrique Martín, quien identifica dos grandes obstáculos en esta carrera del sector público. En primer lugar, “podemos modernizar las aplicaciones, pero no al personal” y, segundo, “la velocidad de los proyectos nos ha llevado, en ocasiones, ha encontrar a posteriori problemas de rendimiento”. Análisis previo, imperativo Requerimientos y pruebas

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Redacción

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