Libertad sin cables

Internet o mejor dicho, el acceso universal a la información, está centrifugando las fuerzas en nuestro sector en dos direcciones aparentemente opuestas pero absolutamente complementarias entre sí.

Publicado el 24 Ene 2001

Por un lado, el empuje, la demanda de usuarios de todo tipo, que quieren obtener información on line y, por otro, la oferta de todos los negocios que quieren crear una operación on line para atraer a esos usuarios, satisfaciendo sus demandas de búsqueda de información o de negocio.

Esta polarización está empujando a las compañías suministradoras, a los fabricantes de informática personal hacia dos extremos opuestos, hacia dos mercados, hacia dos tipos de productos

o El núcleo de Internet, donde hablamos de servidores robustos y sistemas de almacenamiento masivo que alimentan el comercio on line y almacenan la información que se busca. Su denominador común son las altas barreras de entrada al estar formado por marcas reconocidas y estructuras de negocio estables, y productos de gran capacidad, disponibilidad permanente, escalabilidad probada y alta fiabilidad.

o La parte remota de Internet, formada por toda una serie de dispositivos de red que adquieren los usuarios para acceder a la infraestructura del núcleo. Esta parte remota tiene bajas barreras de entrada y en ella veremos diferentes modelos de negocio en experimentación y muchos cambios. Se trata de dispositivos cada vez más ligeros, más ergonómicos, más atractivos, más económicos.

Ambos polos conllevan igualmente una serie de prestaciones y servicios inherentes si en el extremo de los dispositivos de acceso hablamos de movilidad, versatilidad y variedad, en el de los servidores y dispositivos de almacenamiento masivo empezamos con servicios 24×7 y llegamos hasta servicios de web hosting o web housing.

No debemos olvidar el poder del nexo de unión entre estos dos polos, las conexiones de banda ancha y los accesos sin cables que los usuarios móviles reclaman cada vez más insistentemente.

Porque si convenimos que las mejoras tecnológicas importantes constituyen un paso previo a la siguiente revolución, estaremos de acuerdo en considerar que en esta etapa histórica del inicio de un nuevo milenio, nos hallamos en uno de esos momentos. El impulso tecnológico necesario lleva en esta ocasión el nombre de wireless y como los grandes cambios que viene protagonizando la industria de las tecnologías de la información tendrá unos efectos muy positivos que podríamos condensar en la frase definitoria de la permanente superación Mejor, más rápido y más barato.

En efecto, la tecnología wireless ha emprendido ya la carrera del cambio la velocidad de transmisión de datos alcanza de momento los 11 Mbps por segundo, la interoperabilidad es un hecho con la introducción de la IEEE 802.11 y los precios se ponen al alcance de todos. Y estamos en la fase incipiente.
Las soluciones inalámbricas nos proporcionan el disfrute de todas las ventajas y beneficios de acceso a las redes, ya sean de área local (LAN) o redes de área personal (PAN). La gran diferencia, el salto cualitativo, es que en lugar de utilizar cableado fijo, prescinde totalmente de este tipo de ataduras. La transmisión de la señal se produce por medio de radio frecuencias (en un espectro que estaba reservado en determinados países a uso militar) a partir de los 2,4 GHz y hace posible el milagro de la intercomunicación entre PCs y entre éstos y multitud de dispositivos de red. Es el gran momento de la libertad sin cables.

A pesar de que estas soluciones son consideradas tan sólo complementarias (podrían ser definitivas), su simplicidad y fundamento nos hacen apostar por ellas como el nuevo estándar.

Si bien hoy día abarcan tan sólo puntos específicos de una oficina o emplazamientos aleatorios para un determinado uso, el objetivo alcanzable es facilitar el acceso a la información desde cualquier punto. El hecho de que esto se produzca sin ataduras (ni siquiera físicas) parece ser la razón de la creciente demanda de dispositivos de acceso a información que sólo serán verdaderamente móviles cuando el nuevo fenómeno madure.

Lo que hasta hace muy poco parecía un sueño, hoy lo vemos a nuestro alcance. Necesitamos, por un lado, un pequeño dispositivo de hardware en cada PC. Por una parte, un hardware que se encuentra cada vez más extendido y es más asequible bien una tarjeta PCMCIA o, como es el caso de los productos Dell, sistemas ya preparados con su antena integrada, sobre los cuales se monta una mini PCI dejando libre las ranuras PCMCIA para otros tipos de conectividad. Y por otro lado, un hardware común, algo así como los Hubs de las redes fijas, los llamados access point, que son los que a su vez se enganchan a un cable fijo, o en el caso de que no lo haya, directamente al servidor, y dan acceso móvil de 20 a 50 usuarios en un radio de unos 30 metros en espacios cerrados y de 120 metros en espacios abiertos. Esta cobertura se amplía a base de simultanear varios access points, ya que éstos hacen un roaming inteligente te enganchan al más cercano, al más descargado, etc… siendo además acumulativos, es decir, podemos crear superficies de access points, verdaderos campus inalámbricos.

Si a éstas, aún incipientes, pero prometedoras capacidades, le añadimos la imprescindible garantía de seguridad a base de encriptadores de 128 bits, su avanzada gestión de la energía (capacidad de desactivarse si no se usan durante determinado periodo de tiempo para optimizar así la autonomía de las baterías) y su fácil y económica instalación y mantenimiento… no nos cabe ninguna duda al afirmar que las soluciones inalámbricas no son sólo una alternativa tecnológica atractiva, sino también una inversión rentable.
El no tener que abandonar inversiones significativas en cableado, el menor coste de mantenimiento y reparación de averías, la movilidad y flexibilidad para una mayor rentabilización de los espacios, hacen que esta tecnología contribuya significativamente a la reducción del Coste Total de Propiedad (TCO).

Al tiempo que las compañías pioneras, entre ellas Dell, integran estos avances tecnológicos en sus productos, fabricantes de otros dispositivos móviles -teléfonos GSM, impresoras, agendas electrónicas, etc- incorporan igualmente en sus diseños electrónica Bluetooth, (soluciones para las redes personales o privadas inalámbricas) para sustituir lo que hasta ahora se venía haciendo por infrarrojos, pero ampliando las distancias (de 10 centímetros a 100 metros).

Si a las inmensas posibilidades que podemos imaginar con la maduración y la complementariedad de lo descrito hasta aquí y ya posible ahora, le añadiéramos unas mayores velocidades (a tener en cuenta que 11 Mbps es ya el pasado y que Bluetooth alcanza sólo un Mbps) podemos esbozar un futuro, que empieza hoy, en el que la movilidad es ya mucho más que una palabra o un concepto de marketing. Es la capacidad de acceder a toda la información que necesitemos desde cualquier lugar, en cualquier momento sin tener que depender de cables ni de puntos físicos de conexión a las redes.

Por ejemplo, disponer de una red local en un edificio de arquitectura protegida ya es posible, o la gestión de inventarios en un almacén sin necesidad de recorrer grandes pasillos abusando de la memoria humana (que no de nuestros PCs) o pasar consulta por las plantas de un hospital y actualizar los historiales clínicos sobre la marcha, o disponer de espacios polivalentes en las pequeñas empresas (espacios que sean al mismo tiempo salas de reunión, aulas de formación, etc…). Y esto es sólo el principio de la libertad sin ataduras de acceso a la información para las empresas y para las personas. A lo largo del año 2001, estoy convencida, muchos esfuerzos van a ir dirigidos en este sentido, como lo estoy también de que la tecnología wireless representa el nuevo punto de inflexión en la oferta de productos de tecnologías de la información.

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Redacción Computing

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